Contraofensiva de los museos en Europa: más vigilantes y escáneres, pero nada permite anticipar un nuevo ataque

El 29 de mayo atacaron a la obra más emblemática de la historia del arte con una torta. Un hombre vestido de mujer, en silla de ruedas, llamó entonces a "pensar en la Tierra" frente a una "Mona Lisa" cubierta de crema. Fue el primero de una serie de atentados que vendrían meses después

PARIS/ROMA/MADRID (De nuestras corresponsales).- Todo el mundo sabe que la sonrisa de la Mona Lisa tiene su precio. Para admirar el retrato más célebre del mundo, expuesto en el Museo del Louvre de París, hay que esperar pacientemente por lo menos diez minutos, respetar una distancia de seguridad delimitada por diferentes cordones y, sobre todo, no eternizarse. Los controles son rigurosos , mucho más desde que comenzaron a multiplicarse en todas partes los ataques contra las obras de arte.

Tres capitales: París, Roma y Madrid; tres grandes maestros: Da Vinci, Goya y Van Gogh; un modus operandi con mensaje ambientalista: los militantes de organizaciones por el clima ya anunciaron que no se detendrán

En mayo pasado, un hombre de 36 años, disfrazado de mujer e instalado en una silla de ruedas, se lanzó inesperadamente sobre el cuadro para tirarle una torta de crema, llamando al público a "pensar en la Tierra" . Protegida desde 2005 detrás de un vidrio blindado, la pintura del siglo XVI de Leonardo Da Vinci resultó intacta, pero el tribunal de París lanzó rápidamente una investigación por "intento de degradación de un bien cultural".

Desde entonces, la vigilancia ha sido reforzada con rondas más asiduas y más personal. Pero, según los responsables, nada permite anticipar ese tipo de ataques inesperados y espontáneos. "El personal de seguridad tiene orden de observar a los visitantes, mirar si hay grupos que se forman o comportamientos extraños… Si algo de eso sucede tienen la consigna de aislar rápidamente a la persona en cuestión y tratar de que haya la menor cantidad posible de fotos …", dice un miembro del servicio de prensa de la institución con cierta reticencia.

Hay reflexión porque se trata de un riesgo para las obras de arte. Aun cuando cantidad de ellas están protegidas con vidrios de seguridad, otras no lo están.

Porque, es verdad, desde que comenzaron los ataques, todos los museos franceses lanzaron una profunda reflexión cuya consigna es la confidencialidad. El tema es considerado "muy sensible". Después de las acciones espectaculares de militantes ecologistas contra Los Girasoles de Van Gogh o Los Almiares de Claude Monet , la ministra de Cultura, Rima Abdul Malak, solicitó a los museos nacionales franceses "redoblar la vigilancia". Al mismo tiempo, las principales instituciones concernidas son muy reticentes a develar cómo tratarán de evitar las futuras acciones militantes. "Hay reflexión porque se trata de un riesgo para las obras de arte", indicó a LA NACION una fuente del ministerio de Cultura. "Aun cuando cantidad...

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