Los consejos económicos que vienen del cielo y podemos aprovechar

El relato empieza en el capítulo 41 del Génesis: "Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba junto al río; y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado. Y que tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río; y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón. Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez: que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña, y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del viento solano; y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño. Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu, y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios; y les contó Faraón sus sueños, mas no había quien los pudiese interpretar a Faraón" (1-8).

A continuación, el texto bíblico destaca que el copero (el encargado de los vinos) del faraón (el rey de Egipto) recuerda que un joven llamado José, que estaba en la cárcel, le había revelado sueños que se habían cumplido, y que entonces el faraón lo manda a llamar. José se presenta al faraón y, de parte de Dios, le revela el sueño. Vendrán siete años de abundancia de cosechas en Egipto y la región, a los cuales seguirán otros siete años de sequía y escasez. José es ungido primer ministro para gerenciar los ciclos revelados, y aconseja hacer graneros y almacenar parte de la cosecha en los años de vacas gordas, para sobrellevar la escasez y el hambre que sobrevendrían en los siete años subsiguientes de vacas flacas.

El consejo de José ha servido de metáfora para alentar políticas contracíclicas en la teoría económica. Pero a menudo se ignora el correlato que tuvo la exitosa administración de la hacienda pública en la economía del Antiguo Egipto. En los capítulos que siguen se destaca que, con el fondo de provisiones acumulado en el ciclo de abundancia, José proveyó alimento a nacionales (la casta terrateniente no había seguido su consejo) y a extranjeros (incluida su propia familia de sangre que habitaba en tierra de Canaán), y acumuló ingentes riquezas para el faraón.

Como la sequía perduraba, muchos terratenientes le empezaron a vender las tierras a cambio de alimento. Con las tierras acumuladas José promovió una redistribución...

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