A la conquista de Londres

LONDRES.- Pocas compañías teatrales hay en la Argentina que se hayan pensado a tamaña escala internacional como Fuerzabruta. El teatro argentino sobresale en el mundo por ser tan austero en su estructura como potente en lo estrictamente artístico. Fuerzabruta supo distanciarse de esto y apuntar, desde su antepasada De la Guarda, a convertirse en una compañía con posibilidades de crecimiento y desarrollo ilimitadas. Así buscó asociarse con productores locales e internacionales que facilitaran esta tarea.Y por estos días, caminar por el bellísimo y juvenil Candem, uno de esos barrios londinenses que conjugan belleza arquitectónica con un clima profundamente vital, es ratificar lo señalado anteriormente. Enormes afiches recorren la Chalk Farm Road, su calle principal, con la imagen de un hombre corriendo, vestido con un traje claro, y la palabra Fuerzabruta acompañando. Es que durante poco más de dos meses esta compañía lleva a cabo su espectáculo en uno de esos espacios de los que Europa dispone en cantidades y que uno no puede sino envidiar: el teatro Roundhouse.Este viejo espacio fue en su fundación, en 1846, una sala de máquinas del ferrocarril.Pero gran parte de su historia estuvo abandonado, y fue en 1964 cuando alcanzó renombre internacional por ser la sala del genial creador Arnold Wesker, quien albergó su hoy mítico grupo Centre 42, y gracias a quien parte del teatro inglés alcanzó la potencia que hasta el día de hoy tiene. Por esa sala pasaron nombres como Peter Brook, Jimi Hendrix, Pink Floyd y The Living Theatre of New York. Pero luego de ese brillo y esa furia experimental, en 1983 cerró sus puertas y alcanza su forma definitiva, la que tiene hoy, cuando en 2006 -luego de una inversión de 30 millones de libras y de una profunda reforma de dos años que no alteró en lo más mínimo su carácter de edificio histórico- fue reinaugurado con un espectáculo de Fuerzabruta, compañía que tiene por ello mismo un vínculo emocional muy fuerte con ese espacio que el pueblo de Candem le debe a su vecino filántropo sir Torquil Norman, quien además de ofrecer espectáculos brinda a los niños más pobres de Londres un espacio de formación en medios audiovisuales, con clases y dispositivos tecnológicos en salas diseñadas a tal fin.Para el público que asiste a una función de las tantas que se realizan todos los días en el mundo de Fuerzabruta, se trata de un espectáculo impactante y bello, pero probablemente pocos sepan el trabajo que exige cada una de esas funciones...