Un conjuro bahiano

El Morro de San Pablo se lo pone fácil a los operadores turísticos. Phttp://www.lanacion.com.ar/1657958-mar-tibio-sol-constante-y-velas-al-vientopuestas de sol de publicidad de negronis, múltiples opciones de ocio y farra multilingüe.Puede que los fans de toda la vida presuman en tono elegíaco que ya no es el mismo de hace veinte años. Ellos tampoco lo son, aunque ninguno tira la toalla y cada año se calzan la camisa con palmeras y tucanes y marcan tarjeta. Como otros miles que se dejan tentar por su leyenda y se dan una vuelta para comprobarla.Probablemente volverán: según un relevamiento del Ministerio de Turismo brasileño,http://www.lanacion.com.ar/1215921-morro-de-san-pablo-la-aldea-en-que-hace-base-el-portunoly retorno del país. Por eso el Embratur, organismo de promoción turística de ese país, lo escogió entre 5570 ciudades brasileñas, muchas de ellas aptas para concurso de belleza, como uno de los destinos inductores de la Copa del Mundo 2014.Situado a 60 kilómetros de Salvador, en la isla de Tinharé, el Morro es el escaparate principal de Cairú, archipiélago de 26 islas que conforma un book de atractivos de toda naturaleza, sean ambientales, turísticos o históricos. El Morro ya era una apostilla en los códices del siglo XVI. Hasta hoy, la pequeña villa que dio origen al municipio guarda un rico patrimonio, como la Fortaleza, la Iglesia de Nuestra Señora de la Luz, la Fuente Grande y el Faro, estos últimos registrados en el cuaderno de bitácora del emperador Pedro II durante su visita en 1859. Las calles de piedra y un puñado de caseríos también perduran como legado de aquel refulgente pasado de colonia.Si uno llega en ferry se topará en el muelle con jóvenes que se encargan por 10 reales de trasladar en carretilla el equipaje hasta el sitio de alojamiento consensuado. La pertinencia del servicio depende de lo que uno lleve encima. La pendiente puede llegar a ser asequible sólo para apolíneos de gimnasio o incluso enclenques con bolso de mano.Subida la cuesta, un pórtico del siglo XVII anuncia la llegada a la villa. La pieza forma parte de los pertrechos que los portugueses construyeron para enfrentar a las invasores holandeses, que en aquellos años poco tenían que ver con el prototipo sustentable de costumbres liberales.Pasada la iglesia Nuestra Señora de la Luz, una escalinata conduce hacia la parte alta del Morro, donde el faro, que también forma parte del conjunto defensivo de la isla, marca la entrada a la bahía.Menú de playasArribar hasta...

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