El conflicto docente afecta a Caló y Yasky

y tienen algo más en común que su cercanía a la Casa Rosada. En simultáneo, la relación de ambos con el Gobierno comenzó a estar guiada por la tensión a partir de la escalada del conflicto docente que impidió el normal inicio del http://www.lanacion.com.ar/conflicto-docente-t46988

Recluido en el sosiego de un campo de Entre Ríos, Caló tomó distancia de la huelga de los maestros, pese a que cuatro de los cinco sindicatos que activaron la medida de fuerza integran la CGT que él lidera. De vacaciones, también se alejó fugazmente de los cortocircuitos internos de su gremio, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que está hoy sumido en una disputa entre las bases y la cúpula ante la indefinición por una ola de despidos, suspensiones y exigencias salariales.

Yasky, en cambio, siguió de cerca la pulseada paritaria de los maestros. Ctera forma parte de su CTA y es el gremio docente mayoritario y el que desafió al Ministerio de Trabajo al no acatar, el miércoles y el jueves pasados, la conciliación obligatoria para levantar la huelga.

Como sucede en la UOM, en la Ctera también hubo un movimiento sísmico: las bases presionaron a sus jefes para ir a fondo en la lucha salarial docente. Lo lograron mediante debates y asambleas plurales y democráticas. Se desempolvó así el espíritu combativo y rebelde que caracterizó a la confederación, sobre todo durante la década del 90, cuando se opusieron ferozmente a la reforma educativa que impulsaba el menemismo. Stella Maldonado y Yasky, dos de los máximos referentes de la Ctera, comulgan desde hace años con el kirchnerismo. Pero así y todo, advirtieron que el miércoles próximo, en la cumbre paritaria con las autoridades del Gobierno, no se apartarán de su exigencia inicial: elevar 42% el sueldo base, que actualmente es de $ 3416.

Rumbo a la negociación, la posición de los cuatro gremios de CGT que integran el frente docente podría cambiar. Tras diferenciarse de la Ctera al aceptar la conciliación obligatoria, sus dirigentes asumieron que "es casi imposible" conseguir su pedido inicial: llevar el salario inicial a $ 5500, lo que equivaldría a un alza de 61 por ciento.

El próximo paso, quizá, sería ganar la batalla por el presentismo más allá del porcentaje salarial que finalmente se obtenga, que estaría entre el 25...

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