El conflicto más anunciado

A la paranoia le encanta escribir la historia antes de que ocurra. Las imágenes de la Policía Bonaerense -a las órdenes del ministro Ricardo Casal- castigando a chicos de La Cámpora son anteriores a los hechos. Estaban en la cabeza de los protagonistas del conflicto de Cristina Kirchner con Daniel Scioli por el control de la provincia de Buenos Aires. La ministra Nilda Garré y varios organismos de derechos humanos ligados a la Casa Rosada reprochan al gobernador no subordinar el aparato de seguridad al control civil. La escena de la infantería reprimiendo a jóvenes militantes que viven a la sombra de la Presidenta no podía colaborar más con esa acusación. Ni los expertos en montajes de 6,7,8 hubieran conseguido una representación más ajustada (entre otras cosas, porque el productor del programa, Diego Gvirtz, destacó a su hermana en el gabinete de Scioli). Sin embargo, como suele ocurrir, el examen de la secuencia disminuye un poco el efecto de verdad. Sólo un poco.Lo que ocurrió en La Plata es otra manifestación de la división del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, animada por el conflicto sucesorio entre la señora de Kirchner y Scioli. Durante la jura de los nuevos legisladores, las barras del kirchnerismo corearon insultos contra el gobernador. El esmeril siguió operando durante la asunción de la Presidenta: las cámaras oficiales, obedeciendo una orden de Olivos, castigaron Scioli donde más le duele, es decir, evitando que aparezca. El lunes él quiso prevenir que sus propios fastos dieran lugar a otra humillación.Todas las versiones coinciden en que el jefe de Gabinete provincial, Alberto Pérez, encargó a Casal la custodia del edificio de la Legislatura para que en las galerías sólo se ubicaran manifestantes vestidos de naranja y acreditados por la gobernación. Casal transmitió la instrucción al jefe de policía, Hugo Matzkin, quien dispuso un operativo inusual: el ingreso de un cuerpo de infantería en el Parlamento. "Es la primera vez que sucede; si usted repasa lo ocurrido en la anterior asunción de Scioli, los infantes estaban a 200 metros del palacio", explicó ayer un oficial de la policía.Mientras se cumplían las órdenes de Pérez, los jóvenes de La Cámpora presionaban para ingresar a la Legislatura y ver a sus astros, entre ellos al vicegobernador Gabriel Mariotto. Al final, lo consiguieron. Alguien les abrió la puerta que da sobre la avenida 7. ¿Quién? Nadie lo sabe. Pero debería ser un funcionario, ya que esa entrada está siempre bajo...

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