Confían en demorar la ley antidespidos y en dividir al massismo y a los gremios

El Gobierno jugó ayer una carta fuerte para evitar la aprobación de la ley antidespidos y apeló a incomodar a un sector de la oposición para lograr frenar el proyecto. El presidente asumió en persona la movida y de hacerle el juego al kirchnerismo si deciden avanzar con la doble indemnización.

"Invito a y a la mayoría de los dirigentes a que realmente no acompañemos al kirchnerismo en esta propuesta", planteó en una conferencia de prensa en la Casa Rosada en la que anunció su decisión de otorgar una partida extra de 500 millones de pesos para las universidades nacionales.

Con una estrategia estudiada, el Presidente personalizó en el jefe del Frente Renovador la responsabilidad de que el proyecto no prospere en la Cámara de Diputados tras la aprobación que recibió la semana pasada en el Senado.

La jugada intentó pegar a Massa con los diputados del Frente para la Victoria, a pesar de que en la Cámara alta la iniciativa recibió el apoyo de los peronistas puntanos Liliana Negre de Alonso y Adolfo Rodríguez Saá, el neuquino Guillermo Pereyra (MPN), los senadores de UNA Alfredo Luenzo y Miriam Boyadjian, además de Jaime Linares (GEN-Buenos Aires), Magdalena Odarda (CC-Río Negro) y Fernando Solanas (Proyecto Sur-Capital). Junto al Frente para la Victoria, consiguieron aprobarla con los dos tercios de los votos.

"Hay un conjunto importante de argentinos que apuesta al futuro. Creemos que estamos para más, que tenemos la capacidad de salir del estancamiento y crear empleo de calidad", remarcó el Presidente para descartar el proyecto aprobado en el Senado, que establece la doble indemnización por 180 días.

Los diputados opositores no fueron los únicos destinatarios del mensaje: Macri metió además una cuña en los sindicalistas, principales impulsores de la ley, a quienes les enrostró que no habían conseguido la unidad que buscaban con el masivo acto que hicieron con reclamos al Gobierno.

"No han tenido unanimidad de criterio en la marcha del viernes", los cruzó el Presidente, con la idea de dividir el reciente intento de reunificación de las centrales obreras.

"Al sindicalismo le quiero decir que espero seguir sentado alrededor de una mesa como hemos estado haciendo todos estos meses, discutiendo los temas específicos que hemos puesto en marcha", los apuró. Fue otro mensaje para Hugo Moyano, a quien había elegido como su principal interlocutor.

En principio, el Gobierno consiguió romper la unidad con el faltazo y las críticas que disparó Luis...

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