La compleja tarea de ir al mundo en recesión y sin poder competir

La primera reunión del año fue un hervidero. "Amargura, catarsis y situación límite." Los tres sentimientos surgieron en el encuentro de ayer de más de 100 empresarios en la UIA. Todos escucharon a Alberto Sellaro, presidente de la Cámara del Calzado, hablar "en arameo" sobre la situación del sector; a Roberto Arano, miembro de junta directiva Federación de las Industrias del Azúcar y del Alcohol, criticar el atraso cambiario, o a Jorge Sorabilla, presidente de Protejer, hablar del "diagnóstico incorrecto" del Gobierno. Fue Oscar Iglesias, hombre de Peugeot, quien afirmó que los autos que se patentan en la Argentina son principalmente vehículos brasileños, un día antes de que Mauricio Macri presente el plan Un Millón.

"El aluvión de importaciones", bandera de la marcha de la CGT la semana pasada, fue izado nuevamente. ¿Existe ese tsunami? Todos los actores interesados toman los números oficiales que les convienen. Desde el Ministerio de Producción, dicen que las importaciones (en millones) cayeron 6,9% en 2016. Es un dato del Indec. Ése fue el número que sus voceros repetían la semana pasada. La oposición tomó otro número: las importaciones (medidas por volumen) aumentaron 3,8% el año pasado. Es también un dato del Indec. La interpretación inicial diría que la Argentina importó más bienes y servicios, pero más baratos, gracias a la caída -principalmente- del precio de bienes intermedios y combustibles. Eso dice el Indec.

Pero las banderas políticas sueles simplificar la realidad. Luego de la reunión de la UIA, Sellaro terminó en un embotellamiento en el microcentro porteño por los cortes de los piqueteros más duros no incorporados a la emergencia social. En la espera repasó los números de sus sector. Su estimación dice que el año pasado se importó un 22% más de pares (de 21,6 millones a 27,3 millones). Sin embargo, 9 millones son un kit desmontado que se ensambla en fábricas locales, un insumo. Del armado de esos kits viven 10.000 personas, por lo que el Gobierno se niega a prohibir ese ingreso. Sellaro reconoce que el gran problema es el mercado interno, ya que las ventas de zapatos cayeron 30% el año pasado y las fábricas tienen un 40% de capacidad ociosa. Las plantas trabajan de 7 a 3, en horario reducido, para no despedir personal. Las quejas del sector sobre las menores ventas se ahondan tras el encarecimiento del financiamiento con tarjeta.

Los textiles viven en ese mundo. La producción de esa industria cayó 27,4% en diciembre con...

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