Compartir conocimientos con comunidades postergadas

"Hacían 50 grados de calor. Estábamos frente a un paisaje desolador porque era la tierra, el silencio y la nada misma. Bajamos de la combi y nadie nos esperaba. Llegamos a las 6 de la tarde, estaba cayendo el sol, entonces nos miramos y nos preguntamos ¿ahora qué?" Así recuerda Mariel Melo sus primeros minutos en la comunidad de Morillo-Coronel Juan Solá, en la provincia de Salta, en enero de 2001. Ella y cuatro voluntarios más, todos profesionales y estudiantes de la carrera de Psicopedagogía, habían viajado más de 26 horas desde Buenos Aires para ayudar a una escuelita salteña que tenía serios problemas de repitencia escolar.

Después de que la combi se fue, quedaron solos y los inundó la incertidumbre. Entonces comenzaron a salir de sus casas varias mujeres con sus hijos pequeños, perros y gallinas. El pueblo cobraba vida. Estas mujeres hicieron una ronda alrededor de los cinco voluntarios y una de ellas agarró la mano de Mariel, la miró a los ojos y empezó a rezar agradeciéndole a Dios porque después de una larga espera había llegado la ayuda que tanto necesitaban.

"Cuando poco a poco fuimos conociendo la realidad de Morillo, nos acercamos a una pobreza extrema, un escenario muy crítico en cuanto a la salud- sobre todo en lo pediátrico-, alto grado de desnutrición, situaciones gravísimas de violencia y de abuso sexual infantil, problemas de adicciones, familias sin acceso al agua potable o a la luz eléctrica y un pueblo dividido por diferencias culturales entre criollos e integrantes de la etnia aborigen wichi", relata Mariel.

En 2002, al año siguiente de su primer viaje a esta comunidad, el entusiasmo se contagió: pasaron de ser 5 voluntarios a 45 las personas que quisieron destinar su tiempo, energía y conocimientos para viajar a Salta. Entre ellos: docentes, psicólogos, médicos y veterinarios. Así nació la asociación civil Unidos en el Camino, una organización que brinda espacios de capacitación, asesoramiento y prevención sobre temáticas vinculadas a la salud y a la educación, tales como: asistencia ante dificultades de aprendizaje, prevención de enfermedades, cuidado del cuerpo, charlas sobre maltrato y abuso sexual infantil, primeros auxilios y orientación vocacional y laboral.

El equipo de Unidos en el Camino trabaja para promover una mejor calidad de vida tanto en Morillo como en otras poblaciones vulnerables del país a través de talleres de capacitación y orientación a docentes, niños, adolescentes y familias. Entre una de estas...

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