El comercio exterior en la nueva era: ante el desafío de ordenar la casa para salir al mundo

Hay dos noticias para quienes operan en el comercio internacional en la Argentina: una buena y una mala. Y no se trata de uno de los típicos chistes infantiles, sino de la más cruda realidad.

Después de años en los que las trabas y las dificultades crecieron de modo exponencial, representantes de diferentes sectores elogian los cambios que puso en marcha la nueva administración. Creen que el levantamiento del cepo y el reemplazo de las DJAI (Declaración Jurada Anticipada de Importación) por licencias automáticas y no automáticas son decisiones que aportan orden y previsibilidad, y hasta se ilusionan con que por una vez el país zafe de la maldición pendular que alterna períodos de apertura indiscriminada con una cerrazón casi hermética.

Aunque la lista de "pendientes" para que la Argentina pueda reinsertarse de modo exitoso en el comercio mundial es larga y variada -abarca desde temas de infraestructura, costos laborales e inflación hasta la necesidad de reformular la política impositiva, generar fuentes de financiamiento y motorizar negociaciones internacionales, entre otros tantos puntos-, el potencial del país y el nuevo contexto abonan una mirada optimista sobre el futuro a mediano plazo. Hasta ahí elementos que dan vida a la buena noticia.

¿Y la mala? Que quizá no alcance con el esfuerzo interno. La compleja situación de Brasil y China -nuestros principales socios comerciales-, sumada a la baja en el precio internacional de las materias primas -nuestro principal producto de exportación- atentaría contra el reposicionamiento. Entre los sectores con mejores perspectivas de desarrollo aparecen los alimentos y las bebidas. Daniel Funes de Rioja, presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), explica que las expectativas positivas respecto del futuro del comercio internacional local tienen que ver con el hecho de que la nueva política de relaciones económicas internacionales no se basa en una idea de apertura ciega, sino de integración responsable.

"El reemplazo de las DJAI por licencias muestra que hay una definición estratégica, por un lado, de defender lo defendible, las posiciones sensibles, y por otro, de terminar con un instrumento que no tenía sustento desde el punto de vista de los compromisos internacionales firmados por la Argentina. Luego, para la expansión de las exportaciones del sector es esencial el robustecimiento de las economías regionales. No cabe duda de que la eliminación de las retenciones es un paso importante, lo mismo que el sinceramiento del mercado cambiario, pero también hay que ver medidas desde el...

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