Colombia se ilusiona con la paz, pero duda de las intenciones de las FARC

Cientos de palomas bajan sobre la Plaza de Bolívar, en el corazón de esta capital, donde algunas personas desafían el frío andino para tomarse fotos con las aves que comen de sus propias manos. A la distancia, soldados armados que custodian los edificios públicos observan el revoloteo de los pájaros con atención, mientras un vendedor de diarios ofrece de viva voz la noticia que resume la semana que pasó: el 60% de los colombianos apoya las conversaciones iniciadas por el gobierno de Juan Manuel Santos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para lograr un acuerdo de paz.En la calle, sin embargo, la gente expresa su escepticismo sobre este nuevo proceso negociador ?el cuarto en las últimas tres décadas? y desconfía de las intenciones de las FARC, la guerrilla más antigua y poderosa de América latina, que lleva casi 50 años de lucha contra el Estado colombiano."Chévere el diálogo, la paz. Pero las FARC no son mansas palomas que van a dejar las armas fácilmente. Esos malparidos son unos asesinos, terroristas y narcotraficantes que ya nos han engañado otras veces y sólo usaron las negociaciones anteriores para fortalecerse", advierte a LA NACION la maestra Diana Ramos, 29, quien junto con su marido, el ingeniero John Jairo, y su hija Karen, 3, alimentan a las agitadas aves.Al igual que cientos de miles de colombianos, Ramos sufrió la violencia de las FARC en carne propia: en 2002, su abuelo murió en un atentado con coche bomba que mató a once personas en su natal Villavicencio, departamento del Meta. Como el 60% de los colombianos que registró la encuesta de Gallup de anteayer, Ramos respalda la iniciativa del presidente Santos, pero no alberga muchas esperanzas de que dé resultados."El mayor obstáculo ahora es la confianza; los procesos de paz anteriores generaron mucha frustración, pero estamos decididos a no repetir los errores del pasado. Santos quiere dejar su impronta en la historia como un gobierno ligado a los temas de paz, no a los de guerra", comenta a LA NACION el político izquierdista y uno de los líderes del Partido Verde Luis Garzón, ex alcalde de Bogotá (2004-2008), quien se acaba de sumar al gabinete de Santos como encargado del diálogo social y la movilización ciudadana.Su misión, explica, será generar una gran base de apoyo al proceso y aislar socialmente a los sectores extremistas, de derecha y de izquierda, que exigen ya sea la rendición absoluta de las FARC o que el gobierno ceda al reclamo guerrillero de instalar un...

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