En un clima de miedo, los turcos deciden en las urnas si le dan a Erdogan el poder total

El presidente turco, , está a una elección de lograr su cometido: atornillarse como máxima autoridad del país y expandir aún más su poder. Después de 15 años de alternar responsabilidades ejecutivas como primer ministro y presidente, Erdogan intentará con el referéndum de hoy sepultar la democracia parlamentaria e impulsar un sistema presidencial, con él a la cabeza.

La victoria en el plebiscito, que propone la modificación de 18 enmiendas de la Constitución, le permitirá, entre otras cosas, nombrar 13 nuevos jueces en la Corte y promulgar leyes por decreto. Asimismo, el presidente podrá postularse para dos períodos más y quedarse hasta 2029.

"Hay mucha polarización. No creo que las personas que vayan a votar lo hagan por si prefieren o no modificar la Constitución. Van a votar a favor o en contra de Erdogan. Nadie está interesado, ni saben los detalles de las enmiendas", dice Ugur Ozdemir, turco y profesor de ciencias políticas en la Universidad de Edimburgo.

Los partidarios del líder turco son religiosos y conservadores. "Tienen similitudes con los seguidores de Donald Trump, y se asemejan al perfil de votantes del Brexit. Esto es parte del efecto Trump en el mundo: el crecimiento de nuevos populismos", comenta Ozdemir.

Desde hace tiempo Turquía está sumida en un ambiente de tensión y miedo, que tuvo su máxima expresión en julio pasado cuando los militares intentaron un golpe de Estado, que fracasó. Sin embargo, lejos de debilitar a Erdogan, el golpe lo fortaleció. "El plan de Erdogan de establecer un sistema presidencial estaba en agenda desde hacía mucho tiempo, pero el intento de golpe de Estado lo hizo posible, porque convenció a muchos líderes de lo que podía pasar si él caía", explica James Sawyer, de la consultora Eurasia Group.

Erdogan había intentado modificar la Constitución en el Parlamento, pero no obtuvo los dos tercios necesarios para la aprobación. La derrota en las elecciones legislativas de 2015 le había impedido conseguir superávit parlamentario. Luego del intento de golpe de Estado, el mandatario logró por mayoría simple la convocatoria a elecciones.

Ahora, la estrategia del presidente turco es, desde el comienzo de campaña, utilizar el miedo como propaganda. "Está intentando implementar que el «no» es una votación que estimulará el caos y el terrorismo. En cambio, un apoyo a él significa estabilidad económica y política, y un liderazgo fuerte para combatir el terrorismo", señala Sawyer.

Pero el miedo no solo se limitó...

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