En clave electoral, Cristina pidió dejar atrás la división por la legalización del aborto

En el papel de armadora principal de , aprovechó su disertación para convocar a la unidad de todos los sectores "agredidos por el neoliberalismo" y, con ese objetivo, ."En nuestro espacio hay pañuelos verdes y pañuelos celestes. Tenemos que aprender a aceptar eso, sin llevarlo a la división de fuerzas", dijo, ante intelectuales y militantes que participan de la . Frente a algunos murmullos y gestos de mujeres del público que agitaban las manos de un lado a otro para decir que no, la expresidenta insistió: "Esto puede no gustar, pero es lo que pienso. Y ya saben ustedes, podré tener muchos defectos, pero mentirosa no soy. Y no pienso empezar [a mentir] ahora".Entonces hubo un aplauso moderado, que operó como punto y aparte, y le permitió a Cristina pasar a otro tema. Por el ámbito en el que se produjo, el pedido fue transgresor. Los pañuelos verdes podían verse en buena parte de las muñecas y mochilas de los hombres y mujeres que colmaron el microestadio de Ferro. Las reivindicaciones feministas son parte de la agenda del encuentro organizada por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), del que también participan , y el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera.Con su definición, Cristina procuró ampliar las fronteras del frente que se propone construir. Antes de dar cobijo a los detractores de , dedicó fuertes críticas al gobierno de Mauricio Macri, al que acusó de aumentar la pobreza y la inseguridad, y propuso dejar atrás las categorías de derecha e izquierda. "Debemos acuñar una nueva categoría de frente social, cívico, patriótico, en el cual se agrupen todos los sectores que son agredidos por las políticas del neoliberalismo. Que no es de derecha ni de izquierda", señaló, durante un discurso de poco más de una hora, bajo el rótulo "capitalismo, neoliberalismo y crisis de la democracia".La combinación entre el tono académico y el espíritu militante, que marcó las primeras intervenciones del foro, quedó desbalanceada en los instantes previos al discurso de Cristina. Las 3000 personas ubicadas dentro del microestadio, dirigentes, profesores y militantes, se unieron en cantitos de aliento a la expresidenta y en contra el juez Bonadio.Cuando ella subió al escenario, minutos después de las 13.30, todos se pusieron de pie, algunos se pararon en las sillas desplegadas en el salón y tronó el grito de campaña de la militancia kirchnerista: "¡Vamos a volver!". Unas 20.000 personas siguieron el...

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