Una clasificación con puntería y aguante

MEDELLÍN.- El Atanasio Girardot se despierta impaciente de la siesta, mientras las avionetas zumban como mosquitos por encima de la mole. Se siente la picazón. Hay ardor. Está el riesgo de quedarse sin nada, pero también la carta fuerte de asegurarse otra página en el Mundial Sub 20. Una Copa del Mundo, sí, que prescinde de las edades y los rótulos. Uno tras otro, encolumnados, que escuchan el himno y estrujan la camiseta celeste y blanca. A esas alturas, casi seguro, ni recuerdan la fecha de nacimiento. De eso se trata antes, con la ansiedad acumulada en las pupilas. Y de eso mismo se trata después, ya en los cuartos de final, entre saltos, una vez consumada la difícil victoria frente a Egipto por 2 a 1.Claro que la emoción no le sacará de golpe el sofocón a la Argentina. Superado en buena parte del encuentro, con goles de penal de Lamela, sostenido por el arquero Andrada y por la visión ofensiva de Luque, el equipo dirigido por Walter Perazzo tambaleó en el juego y a punto estuvo de hacerlo en el tanteador. La inquietud habrá rebotado como una pelota de ping- pong en su cabeza.La Argentina entra en una etapa permanente de doble prueba. Se sabe en observación, por más que sólo intenta concentrarse en la competencia. Conoce, a la perfección, que los últimos resultados en los juveniles, sumados a los recientes temblores en el equipo mayor, lo ponen en un plano experimental. Cada gesto, reacción o desenvolvimiento se mide aquí, en la verde y cálida Medellín, y allá, en la destemplada Buenos Aires. El estado de situación lo lleva sobre los hombros. Y, por ahora, la carga no lo desequilibra.Las presunciones sobre Egipto se confirmaron en un par de movimientos. No bien recuperaban la pelota, salían disparados por los costados. Lo suyo, definitivamente, era la velocidad. Alertado del vértigo, Perazzo privilegió la marca y el recorrido de Adrián Martínez, también de fogosos intentos ofensivos, por encima de la explosión de Iturbe, que estuvo entre los suplentes, como frente a México. ¿Cuánto perdió sin Iturbe de entrada? Ése será otro tema. Acaso para los cuartos de final.Costó acostumbrar la vista a la mayor tenencia de la pelota de Egipto, a la espera argentina. Como contra México, el equipo celeste y blanco se mantuvo agazapado e intentó con réplicas veloces. Sólo tuvo el control y las conexiones en contadas...

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