Clases que no se recuperan, contenidos que se pierden

La en la provincia de Buenos Aires acaba de anotarse un lamentable récord: en lo que va del año se han perdido 27 días de clase a raíz de los decretados por los distintos gremios para reclamar por cuestiones que van desde la reapertura de hasta el rechazo al debate del presupuesto de gastos de la administración nacional en el Congreso.Como consecuencia de estos hechos reiterados, en los que los alumnos y sus familiares terminan siendo rehenes de grupos cada vez más politizados, ideologizados y contestatarios, se genera una preocupación que trasciende la habitual duda de cómo y cuándo recuperar esos días perdidos. Es que aun si se pudiesen restablecer todas esas jornadas, el daño infligido al sistema en su conjunto será muy difícil de reparar."Un niño o un joven que no tiene clases todos los días, que pierde los hábitos de estudio y de trabajo, tendrá muchas dificultades para incorporarse a un mercado laboral en que esas costumbres funcionan de modo regular y rutinario. No adquirir los hábitos les traerá problemas presentes y futuros", opinó, con acabado conocimiento del tema, el director del Centro de Administración y Desempeño Educativo CADE-Eseade, Gustavo Iaies.Resulta muy difícil avanzar en la educación de un individuo en formación sin pautas claras, concisas e imprescindibles por respetar.Compartimos con Iaies que el sistema debe garantizar una suerte de "normalidad mínima" para poder trabajar. Deben existir acuerdos básicos. A un sistema que pierde la continuidad y la gobernabilidad se le hace muy difícil recuperarla.Amontonar días de clase al final de un ciclo para cumplir con el objetivo de la pauta de asistencia tampoco es la solución al caos que siembran muchos gremios cada vez con más asiduidad y, claramente, con mayor desinterés por los chicos y su educación actual y futura.El eje de la discusión es la pérdida notoria de calidad de la educación. El objetivo entonces no pasa por completar el programa de estudios a cualquier precio, sino que lo que se aprenda sea realmente aprehendido. De lo contrario, en el camino de la enseñanza quedarán sin ser fijados preceptos básicos y, como todo cimiento, si no se planifica y erige debidamente, tambaleará a la hora de recibir más carga, en este caso, más información.No es desconocido ni en el país ni en el exterior que el nivel de nuestra educación ha venido en franco retroceso en las últimas décadas. Las pruebas de evaluación nacionales e internacionales dan sobradas muestras de ese...

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