Como en Ciudad Gótica o Trulalá, la Feria del Libro tiene su propio comisario

Según los responsables de la seguridad de la Feria, los stands grandes con pilas de libros son "el blanco" favorito de los ladrones

Como pasa en todos los grandes eventos, y la Feria del Libro es uno bien multitudinario, las fuerzas de seguridad están presentes. El domingo a la tarde, en una jornada repleta de público, la caminata de un hombre esposado por los pasillos de La Rural, acompañado por seis policías, captó la atención de los visitantes. Consultados por LA NACION, responsables de la Fundación El Libro (FEL) comunicaron que había sido demorado en el stand de Cúspide en el Pabellón Verde, cuando la persona intentaba retirarse con varios ejemplares sin pagar. El gobierno de la ciudad de Buenos Aires destina diez agentes por día a la Feria y el personal de seguridad privada de La Rural (la empresa Road Seguridad) asciende a treinta uniformados . Pero como en Ciudad Gótica o Trulalá, l a Feria tiene su propio comisario.

"Tengo que velar por el cumplimiento del reglamento de la Feria del Libro -dice Gustavo, el comisario del evento cultural más importante del país, a quien la FEL contrata desde hace diez años-. Cuando ocurre un hurto en un stand y la persona se niega a devolver o a pagar los libros, me llaman para que intervenga y dé aviso a las autoridades policiales ". Muchas veces, estas situaciones incómodas se resuelven en los mismos stands, con la devolución de los ejemplares.

Cuenta que este martes, en el stand de Cúspide Joven, dos adolescentes devolvieron más de veinte libros que intentaban llevarse sin pagar, en bolsos y entre la ropa. La policía entra en acción cuando las personas "arrestadas" por los expositores alegan que han comprado los libros y perdieron el comprobante o denuncian maltratos.

La ciudad de Buenos Aires destina diez uniformados a la Feria del Libro; la empresa de seguridad privada de La Rural, otros treinta

"Hay mucho robo -dice el director editorial de Siglo XXI, Carlos Díaz, a este diario-. De visitantes comunes, siempre agarramos a varios. Pero también hay ladrones profesionales que se llevan pilas enteras de libros, sobre todo, los días en que la Feria explota y es difícil controlar permanentemente las mesas. Es un costo que tenemos asumido". El costo industrial de un libro de trescientas páginas hoy ronda los mil pesos y el valor comercial al menos quintuplica esa cifra.

A río revuelto, ganancia de pescadores

Según informa el comisario de la Feria, los stands de los grandes grupos, ubicados en su...

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