Circuito nuevo, pero el apellido de siempre

VIEDMA.- La expectativa es mayúscula. No es para menos. El Turismo Carretera visitó por última vez a la capital rionegrina cuando Roberto Mouras se impuso en un circuito semipermanente, allá en 1985. Desde entonces, la popular categoría no pasó por la Comarca. Y se advierte fácilmente todo aquello que genera la escala que en el derrotero federal desarrolla la disciplina automovilística más añeja del mundo.

Todo se desborda. Desde el alojamiento, los restaurantes, hasta los accesos colapsados al autódromo, emplazado frente al aeropuerto. Un circuito de apenas 4118 metros, muy trabado, en un predio pequeño, donde la multitud se destaca sobremanera.

Al margen de la expectativa que despierta "el acontecimiento del año" para la zona, en lo deportivo la expectativa también es importante. Porque el circuito es nuevo para todos, porque por primera vez desde que se implementaron los flamantes motores multiválvulas los equipos tuvieron la posibilidad de probar previamente a esta competencia, y porque las características del trazado rionegrino difieren de los transitados hasta ahora por la categoría.

Sin embargo, pese a todas las diferencias, Matías Rossi siempre pega más fuerte. Siempre tiene ese recto cruzado para lograr el golpe de knock out. A diferencia de otras clasificaciones, donde se mantuvo muy firme desde el primer momento, esta vez debió esperar hasta el final para concretar la pole position, la 22» en el Turismo Carretera. "Esto es fantástico, porque en un circuito tan trabado, la pole tiene una gran relevancia, que deberé sostener en las series. El Chevrolet mantiene un ritmo muy competitivo", comentó el campeón, que consiguió por tercera vez el mejor registro en las cuatro carreras del año. La serie la largará junto con uno...