Más ciencia que ficción

2001, odisea del espacio

(1968)

Kubrick contrató al científico de la NASA Frederick Ordway como asesor técnico de la película. Uno de los aspectos más novedosos del film es su representación de la vida en un entorno de baja gravedad. Kubrick creó soluciones plausibles (calzado adherente, una estación espacial giratoria para generar gravedad artificial) para solucionar problemas que otros films ni siquiera habían detectado. El testimonio de la calidad de la ciencia involucrada en la película lo da la cantidad de elementos de la ficción que se volvieron realidad, como la estación espacial, la videoconferencia y hasta las tablets.

Contacto

(1997)

La película de Robert Zemeckis está basada en la novela de ciencia ficción del astrónomo Carl Sagan (creador de la serie Cosmos). Sagan quiso darle la máxima plausibilidad científica a su texto y por ello recurrió al astrofísico Kip Thorne (que también fue consultor en Interstellar) para que desarrollara los conceptos que harían posible el viaje interestelar. Así surgió la idea de viajar a través de agujeros de gusano, que también es usada en la película de Nolan y a la fecha es la única (e inaccesible) posibilidad científica para realizar un viaje a otra estrella, a menos que se dispongan de algunos miles de años.

Primer

(2004)

Esta película escrita, dirigida y protagonizada por Shane Carruth tiene diálogos absolutamente incomprensibles, una trama inasequible y la única historia que enfrenta de modo consistente las paradojas del viaje en el tiempo de la historia del cine. En Internet se pueden encontrar gráficos para entender mejor los loops temporales de la historia.

El abismo

(1989)

Como un buzo experto (y la persona que tiene el...

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