Choripán y vinos en el polémico pabellón

MILÁN (De un enviado especial).- Una cadena de silos entrelazados con engranajes metálicos, símbolo de la producción alimentaria y las innovaciones de la ciencia y la tecnología, es la imagen que pretende mostrar el pabellón argentino en la Expo Milán. Pero también transmite otras imágenes, como la polémica por el alto costo -entre US$ 8 millones y US$ 10 millones-, que duplica la inversión que el país realizó en 2012 para estar presente en la feria internacional de Yeosu, en Corea, en 2012.

Con 1907 m2, el pabellón de nuestro país que visitó ayer Cristina Kirchner se ubica entre los stands medianos. Alemania y Estados Unidos, por ejemplo, ocupan 4500 m2. En una escala menor aparecen los Cluster, espacios que reúnen a varios países para agrupar una misma identidad temática.

Hasta el lunes pasado, el pabellón argentino fue visitado por más de 266.000 personas, con un promedio de 7000 personas por día. Proyectado hasta el 31 de octubre, fecha de cierre de la feria, esa cifra se extendería a 1.596.000 personas, mientras que toda la Expo Milán espera recibir más de 20 millones de visitantes. La entrada a la feria cuesta 39 euros y se accede a través de líneas de metro y del ferrocarril que se extendieron hasta allí especialmente hace pocos meses.

Con llamativas letras celestes, el pabellón presentado por el gobierno de Cristina Kirchner identifica al país con su producción de alimentos en un sentido amplio. Quiere mostrar que "la Argentina es mucho más que un reservorio de materias primas" y destacar la producción de bienes con valor agregado, a partir de la tecnología y la innovación. El lema, que se lee en...

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