Chocolate por la noticia

Recientes declaraciones del dirigente sindical Héctor Daer sintetizan el pensamiento populista al que adhieren por igual sindicalistas, peronistas racionales, peronistas irracionales, socialistas, marxistas, anarquistas y no pocos radicales, entre tantos más. En realidad, es el núcleo del sistema de ideas y creencias que prevalece en la Argentina desde hace un siglo y que se reflejan en las sucesivas crisis económicas vividas desde 1952.

Según Daer, "el pecado de este gobierno es que no tiene una mirada social" y, por tanto, "lo único que tiene en su horizonte es reducir el déficit fiscal". Completó sus declaraciones con una sabia conclusión. "Para reducir el déficit -dijo- hay dos maneras: o con ajuste, empobreciéndonos a todos, o con un programa de desarrollo", que no estaría vislumbrando.

Malas noticias para Daer: no hay programa de desarrollo posible sin confianza para los inversores. Y no habrá confianza mientras haya déficit fiscal, mientras haya inflación y mientras el costo argentino haga trizas la competitividad.

El déficit fiscal está directamente vinculado con el empleo público, las jubilaciones y los planes sociales. Hay ocho millones de argentinos en el sector privado que sostienen a los 20 millones que reciben dinero del Estado. El costo argentino es la forma en que esa desproporción se refleja sobre los hombros de esos ocho millones cuando pagan salarios, contratan servicios, compran combustible o pagan tarifas. Sumado a las distorsiones que permite la ley laboral (en su interpretación judicial) para que la relación de dependencia sea una mala palabra en nuestro país.

Como es lógico, los 20 millones no quieren alterar esa divina proporción. No porque sean malas personas, sino por necesidad de mantener a sus familias. Nadie acepta cambiar si la alternativa no está perfectamente clara. Por eso, la ciudad de Buenos Aires está bloqueada con piquetes, marchas, cortes y protestas. Ayer, un nuevo paro del gremio de Camioneros; para hoy y mañana, el anuncio de otra huelga docente, y el lunes 25 de este mes, la convocatoria de la CGT a otro paro nacional: el tercero durante el actual gobierno. La única solución es un "shock" de confianza, como tantas veces se anuncia y tan pocas veces se concreta, pues todos conocen el cuento del lobo.

El sistema de ideas y creencias argentino suele condenar el ingreso de fondos "golondrina" para aprovechar las distorsiones financieras y luego "volar" con pingües ganancias cuando la situación empeora...

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