Para los chinos sí hay una década ganada por goleada

En los 60 se miraba preocupada el ombligo. Temía encontrar allí el sello made in Japan, que entonces adornaba multitud de bienes, especialmente los electrónicos "a transistores", como las radios a pilas, rotuladas orgullosamente "estado sólido", porque sus semiconductores ya no eran gigantescas válvulas. se volvía la factoría del planeta.

A fines de los 70 y principios de los 80, tal vez Inodoro Pereyra o Boogie El Aceitoso podrían haberse mirado sus ombligos para constatar si decían o no made in Taiwan. Hoy Gaturro podría temer encontrarse en su propia gaturridad con un estampado made in China. En especial desde que el kirchnerismo descubrió allá por 2004 que China podía ser la "salvación" de la Argentina.

Toda clase de maravillas se anticiparon, como, por ejemplo, que Pekín decidiera comprar toda la deuda argentina en default y otras soluciones mágicas. Las promesas nunca concretadas crecen, retornan, se renuevan, y en los próximos días probablemente se anuncien otras, con el viaje oficial de Cristina Kirchner y su comitiva hacia el coloso de Oriente.

Curiosamente, ni el cada vez más numeroso multimedios oficial y paraoficial menciona siquiera algunos logros, como que se destrabaron recientemente más de US$ 200 millones en créditos para la Argentina para las reformas y rehabilitación del tren Belgrano Cargas.

Tal vez el poco entusiasmo se deba a que se trata de un crédito, no de un préstamo. El dinero no viene al país para que luego se lo gaste en comprarles a los chinos, como los swaps con los que se maquillan las reservas del Banco Central.

Se trata, en cambio, de la autorización para retirar equipamiento y servicios para las obras con las que el ministro Florencio Randazzo impulsa su carrera de prepresidenciable.

Tal vez el Gobierno prefiere no hacer números. Porque, como dijo el economista Javier Milei sobre el nuevo rockstar de los economistas, Thomas Piketty, para que tenga razón en sus postulados es imprescindible no mirar las estadísticas bien hechas.

Desde que el kirchnerismo comenzó a hablar del "milagro chino" parece que los chinos lograron el "milaglo algentino". Según las cifras del Indec, la Argentina exportó en 2003 a ese destino US$ 2478,4 millones. Importó por US$ 720,7 millones, con un saldo a favor de US$ 1767,7 millones. En 2013, último año informado completo, la Argentina vendió a China por US$ 5985 millones y compró por US$ 11.362 millones, con un saldo en contra de US$ 5377 millones.

Las exportaciones se...

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