Chicos sin padres y sin 'padrinos'

Con asombro hemos tomado conocimiento de que por una resolución del 27 de septiembre, se dispuso que en el término de 24 horas se suspendiera por 90 días el servicio del Programa Padrinazgo de las instituciones que tuvieran convenio con la Dirección General de Niñez y Adolescencia del Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires.El objetivo principal de las iniciativas de "padrinazgo" o de "familias de apoyo", que vienen desarrollando cada vez con más frecuencia aquellos hogares que, por diferentes motivos, albergan a chicos menores de edad es el de acompañarlos hasta que se resuelva su situación y hacer que sientan lo menos posible la carencia de algo tan fundamental como es la familia.Así es como voluntarios de estas instituciones, vecinos del barrio o conocidos establecen vínculos especiales con estos menores tan necesitados de afecto y de una estructura emocional. ¿En qué consiste este padrinazgo? Los adultos acompañan a los chicos a las reuniones de padres del colegio y los asisten en su trayecto escolar, los llevan al médico, salen a pasear con ellos los fines de semana o comparten las Fiestas y feriados. En definitiva, se transforman en sus referentes, a la vez que los invitan a participar de su dinámica familiar.Actualmente, hay en la ciudad unos 800 menores que, por diversas situaciones personales, están alojados en 50 hogares. Sólo dos de éstos son manejados directamente por el gobierno porteño; el resto son administrados por ONG que, previo convenio con la administración local, se encargan de la atención de los chicos, de su esparcimiento y de su manutención. A cambio reciben hasta 2700 pesos, según el caso, por cada chico a su cuidado. Aproximadamente, el 10 por ciento de los 800 chicos cuenta con una familia que funciona como padrino.La medida se tomó aparentemente debido a que una familia de apoyo, desnaturalizando la función específica de ser meramente "padrinos", intentó la adopción de un niño a su cuidado. Ante esta irregularidad, se decidió sancionar a la institución con suspensión de ingresos y una advertencia, lo cual puede llegar a ser razonable, pero además se dispuso también suspender por 90 días todos estos programas. Aquí terminó la razonabilidad.La medida es tan desmesurada como imaginar que por faltar a clases o copiarse en una prueba escrita se suspende la enseñanza primaria en la ciudad. Por eso, no puede pensarse que esta medida responde sólo a la situación planteada; todo hace suponer que existiría un trasfondo no...

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