Chicos en casas ajenas: ¿cuáles son las reglas de etiqueta a tener en cuenta?

¿Hay que hacerles caso siempre a los adultos a cargo? ¿Y llevar algo de comer? ¿Corresponde algún presente para los anfitriones cuando se trata de estancias largas? En esos casos, ¿cómo es el manejo del dinero que los chicos eventualmente llevan para gastos personales? ¿Y cómo se maneja el tema de la intimidad a la hora de, por ejemplo, el baño o de cambiarse la ropa? Estas son algunas de las muchas preguntas que los padres se formulan cuando sus hijos son invitados a pasar una noche, un fin de semana o unas vacaciones en casas de amigos. Y aunque las opiniones al respecto varían de familia en familia, existen ciertas "reglas de etiqueta", ciertos consensos tácitos que facilitan estas situaciones.

"Portarse mejor que en la casa de uno" es una máxima a la que adhieren muchos padres a la hora de dar el "sí" cuando sus hijos preguntan si pueden ir a la casa de tal o cual. "Con respecto a las buenas costumbres, obviamente siempre les digo que se repite como himno ‘por favor’, ‘gracias’, ‘buen día’, ‘buenas noches’. Si no te gusta la comida decís ‘no, gracias’ y ¡no se abre nunca la heladera de otro!", cuenta Soledad Bolomo, de 44 años, mamá de chicos y adolescentes de 20, 15 y 9 años.

En materia de autoridad, los padres suelen coincidir que cuando el menor juega de visitante esta la ejerce el adulto anfitrión, y que el llamar a papá o a mamá para dirimir si seguir las reglas de la casa solo aplica a cuestiones de fuerza mayor. "Los padres que están ahí ofician de autoridad y donde van mis hijos deben tener claro que es la autoridad la que pone las reglas –afirma Fabiana Suárez, de 35 años, mamá de un chico de 15 y una chica de 14–. Si son padres que se exceden cuando ‘se ponen la gorra’, ellos sabrán si no se sienten cómodos si vuelven ahí o no, pero no es opción no responder a esa autoridad".

Por el contrario, agrega, "si son padres más permisivos que nosotros, mis hijos tienen claro cuáles son nuestras reglas y hasta dónde ellos avanzan o no, pero tengo claro que estoy delegando la autoridad en alguien y tengo que confiar. Lo mismo espero de alguien que manda a sus hijos a mi casa, que confíen en mi criterio, y por eso soy más cuidadosa cuando hay invitados que cuando no los hay".

"La autoridad es siempre del mayor a cargo. Cuando mis hijas son las invitadas confío en su buen criterio para que me llamen ante algún problema", coincide Natalia Rivas, mamá de tres chicas de 7, 13 y 16 años. "Cuando estoy a cargo de menores ajenos, soy bastante...

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