La CGT justificó los modos de protesta y no asumió la crítica

Recluido forzosamente en su casa de Barracas por una gripe, Hugo Moyano siguió por televisión el discurso de Cristina Kirchner. No bien los canales cortaron la transmisión, el líder de la CGT tomó el teléfono y bajó una orden a sus compañeros del consejo directivo: "Insistan con la reelección. El proyecto debe ser con la Presidenta".Así, las principales espadas del camionero reaccionaron y tomaron distancia de las acusaciones presidenciales de "extorsión" y de ser uno de los actores responsables del estado de crispación.En ese sentido, Héctor Recalde, asesor legal de la central obrera, justificó la metodología de protesta del Sindicato de Camioneros, que la semana pasada bloqueó las refinerías de combustible y amenazó con un paro nacional, en lo que fue el episodio que impulsó a la jefa del Estado a reclamarles a los gremios que bajen la conflictividad social."A veces la presión es válida para evitar la acción directa. En el caso de Pablo Moyano y los camioneros significó la firma del convenio, por lo que la presión estuvo bien utilizada", defendió Recalde, en diálogo con LA NACION.En referencia a las críticas palabras que entonó ayer la Presidenta, la CGT no las tomó como que fueran dirigidas a sus dirigentes."No fue un mensaje a la CGT; al que le cabe el sayo que lo levante", se desentendió Julio Piumato, en declaraciones periodísticas. El gremialista agregó, vía Twitter: "Nadie se suicida, y menos la jefa". Su declaración fue en referencia al clima de tensión que existe con la CGT y ante la duda que planteó la Presidenta con miras a su reelección.Recalde negó que el mensaje de la jefa del Estado haya sido destinado a Moyano. "Nos llamó a la reflexión a todos. Hay...

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