Cerca del Papa evaluaron la reunión como muy positiva

ROMA.- Como si se tratara de un partido de fútbol o de una pelea de boxeo, la Argentina se detuvo y estuvo pendiente, ayer, del segundo encuentro del papa Francisco y el presidente Mauricio Macri.

A años luz del clima de expectativas, fruto de las especulaciones que se tejieron en en los últimos meses en la Argentina -en los que Francisco fue acusado de injerencia, de "operar" en favor de uno o de otro sector y fue tironeado de la sotana por diestra y siniestra-, el Vaticano vivió la audiencia entre ambos líderes "con absoluta normalidad y tranquilidad, en un clima de cordialidad y amistad".

"Fue una cita más en la agenda del Santo Padre, con la diferencia de que se trató del presidente de su país, al que ama, que estuvo con su familia y que viajó especialmente para asistir a la canonización del primer santo auténticamente argentino, un gesto seguramente apreciado", dijo a LA NACION una fuente del Vaticano.

Macri es el único presidente de las delegaciones oficiales que asistirán hoy a la misa solemne en la que el Cura Brochero será proclamado santo, junto con otros seis beatos: dos franceses, dos italianos, un español y un mexicano. Para los franceses asistirá una delegación presidida por la ministra de Ambiente, Segolene Royal; para los dos italianos, la ministra de Reformas Constitucionales, María Elena Boschi; para el español, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y para el mártir mexicano, Roberto Herrera, director general adjunto de asuntos religiosos, según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Desde la óptica del Vaticano, para quien la relación bilateral "es buena", el encuentro con Macri se insertó en esa más que nutrida agenda de audiencias y eventos que el Papa tiene en estas semanas. A las 9.30, antes de verlo a Macri, como suele ocurrir todos los sábados por la mañana -en el mismo estudio del Aula Pablo VI donde fue la audiencia con su compatriota-, Francisco recibió al cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos. Después, se reunió en la adyacente Aula Pablo VI con 7000 abuelos de la Asociación Nacional de Trabajadores Ancianos, en el marco del Jubileo de la Misericordia.

Al tratarse de una audiencia estrictamente privada y familiar, a diferencia de la vez anterior -cuando hubo una visita de Estado oficial y protocolar-, no hubo esta vez comunicado alguno de parte de la Santa Sede. La edición en papel de L'Osservatore Romano se limitó a poner en su portada una foto del...

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