Por el cepo, la inversión extranjera fue, en 2022, la más baja de los últimos 20 años

La rigidez del cepo y las altas brechas desalientan la llegada de dólares con intenciones de invertir en la economía real del país

Durante el año pasado, los inversores extranjeros ingresaron divisas al país para concretar acciones en la economía real por apenas US$570 millones, cifra que no solo es menor en 4,5 veces al monto promedio de lo que llegó con iguales fines al país en tiempos de la administración de Mauricio Macri (unos US$2471 millones por año), sino que implica, según los cuadros publicados por el economista Andrés Borenstein, de la consultora Econviews, el menor registro desde que el Banco Central (BCRA) inició la serie estadística del llamado Mercado Libre y Único de Cambios (MULC), en 2002, tras la implosión de la convertibilidad.

La cifra es 6,6 veces más baja que la del récord de ingresos, de US$3630 millones, registrado en esta serie estadística para el promedio del bienio 2011/2012, antes de que la confirmación del primer cepo cambiario -que llegó apenas iniciado el segundo mandato presidencial de Cristina Kirchner- hiciera caer progresivamente esa fuente de recursos en los años siguientes. En esa gestión, el mínimo llegó a US$1336 millones, en 2015.

La cifra de US$570 millones, que es neta -porque están restadas las inversiones de empresas argentinas en el exterior, que fueron por un monto muy escaso, según aclaró Borenstein-, también representó una caída de 46% respecto de los US$1060 millones que habían entrado en 2020, pese a una marcada inactividad local, debido a las rigideces del esquema de restricciones a la actividad al que apeló el Gobierno para tratar de ralentizar el avance del Covid-19 en el país. En relación con 2021, cuando ingresaron US$732 millones, la cifra del año pasado es un 22% más reducida.

La inversión extranjera directa neta, en millones de dólares, año por año (Econviews)

"En la serie estadística de Banco Central (realizada en términos nominales) no hay un número tan bajo como el del año pasado, por lo que, en términos reales, la debacle es peor", puntualizó Borenstein, luego de que el Banco Central publicó el último informe cambiario, con datos a diciembre de 2022, lo que permitió establecer comparaciones interanuales.

Los datos lucen afectados por la rigidez del cepo cambiario, que no les permite saber a los eventuales inversores si las divisas ingresadas podrán ser remesadas luego como utilidades o dividendos, giros que están férreamente regulados y totalizaron apenas US$32 millones el año...

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