Una Celac confusa y un Brasil esperanzador

Un hombre muestra pancartas durante una protesta contra el gobierno de la presidenta peruana Dina Boluarte, afuera del hotel donde se reúnen los líderes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac, en Buenos Aires, Argentina, el martes 24 de enero de 2023

Este mes ha estado movido en la región. Desde el esperanzado primero de año , en que tuvimos la oportunidad de acompañar a nuestro presidente Lacalle Pou y al colega Mujica en la toma de posesión de Lula en Brasil, han ocurrido muchas cosas. No todas buenas, por cierto, como el asalto a los edificios institucionales de Brasilia por los bolsonaristas radicalizados, homólogo de la cinematográfica invasión al Congreso de los Estados Unidos por los trumpistas. Tampoco todas malas, tal cual la presencia del presidente brasileño en la cumbre de la Celac en Buenos Aires y su corta pero interesante visita a Montevideo.

El aroma de los vientos chavistas con los que nació en Caracas en 2011 se percibe todavía en la Celac. Se recogían entonces viejos mecanismos de diálogo y coordinación que en su tiempo se habían constituido con motivos específicos, para enfrentar la crisis centroamericana y la de la deuda externa en aquellos años 80 en que retornábamos todos a la democracia. La idea fue una instancia de diálogo sin los Estados Unidos. Como la Unasur era América Latina sin México, invento empequeñecedor de la diplomacia brasileña de la época. Nunca es lo mejor juntarse para excluir si de diálogo se trata.

El retorno de Brasil al grupo le dio a esta reunión de Buenos Aires un ámbito fuerte de resonancia, luego de años de alejamiento. La Argentina pretendió desvanecer el original tufillo antiyanqui invitando al propio presidente de los Estados Unidos, algo más que lógico cuando se está negociando constantemente con el Fondo Monetario y reclamando apoyo norteamericano. Biden fue representado por su asesor presidencial especial, Christopher Dodd, legendario parlamentario demócrata, que desde 1981 hasta 2011 ejerció una importante influencia en la política exterior. Hijo de otro ilustre senador, los Dodd son una familia muy cercana a América Latina y de amplio reconocimiento en la vida política. Uno de sus hermanos, Thomas, fue embajador en Uruguay, y recuerdo el comentario de que su padre les había inculcado ese interés, incluso haciéndoles estudiar castellano, como no era común en la época.

El dictador nicaragüense se disgustó con esa presencia, como es natural, poniendo al desnudo la...

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