Catalejo: Ezeiza

Si un hijo viaja al exterior un 4 de enero y uno quiere demostrarle que lo quiere mucho, tiene que llevarlo a Ezeiza. Imposible estacionar en los lugares habilitados porque están completos; hay que hacerlo, como me dijo un policía, "donde encuentre un lugarcito, jefe". No sin temor al ridículo, le pregunté lo que nunca debí preguntarle: "¿También donde dice «prohibido estacionar»?". Me contestó lo que un policía nunca debería contestar: "Sí, hoy déjelo donde pueda".

El tumulto siguió adentro, por supuesto. Todo parecía estar sobrepasado. Había una cola de unos 150 metros, que viboreaba por la planta superior, hasta el control donde piden el boarding pass y el documento. Allí atendían sólo dos personas, lo cual llevaba a pensar que la cosa se resolvía fácil si hubiera habido tres o...

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