El caso Cóppola: la causa inventada de 'la cocaína en el jarrón'

Detrás de los muros de 40 centímetros de espesor del centenario penal de Dolores en el que hoy una decena de jóvenes esperan que se resuelva si les dictan la prisión preventiva en su contra por el homicidio de Fernando Báez Sosa, hace 23 años, Guillermo Cóppola, entonces manager de Diego Maradona, pasaba allí lo que describió como los peores dos meses de su vida.Tras las rejas de esa cárcel de provincia terminó Cóppola un recorrido de 200 kilómetros desde su departamento de Avenida del Libertador 3460 cuando, el 10 de octubre de 1996, se entregó a los policías que lo buscaban porque estaba acusado de integrar una organización de "ricos y famosos" dedicada al tráfico de drogas.En el núcleo de los investigadores policiales y judiciales, el procedimiento contra esa banda de narcotraficantes se conoció como "Operación Cielorraso", en alusión a la cabellera blanca del representante del astro del fútbol mundial. Pero nadie recuerda el caso con el nombre de ese operativo.El caso judicial que generó las páginas más memorables de la historia de la televisión argentina, por las insólitas peleas ante las cámaras de un grupo de jóvenes atrevidas y vistosas que se codeaban con los policías que detuvieron a Cóppola y con el poder, quedó grabado para la posteridad en el imaginario social como "la causa del jarrón". Es que, justamente, dentro de un adorno de ese tipo, en aquel departamento de la Avenida del Libertador apareció casi medio kilo de cocaína, hecho en el que se fundó la detención de Cóppola.Tras varios meses de efervescencia inigualable, la causa que comenzó con un escándalo que llegó a salpicar a connotados referentes de la Casa Rosada de la época cayó por su propio peso. En una curiosa parábola, el expediente terminó con Cóppola y el resto de los acusados liberados y con el entonces juez federal de Dolores Hernán Bernasconi, su secretario Roberto Schlägel y los dos policías bonaerenses que integraban su grupo operativo de confianza contra las cuerdas.Bernasconi, Schlägel y los policías terminaron condenados por haber inventado la causa de drogas más mediática y escandalosa de la historia criminal argentina.Hasta el penal de Dolores llegó Maradona dos días después de la detención de su representante. En vano el Diez intentó ingresar en la Unidad Penal 6 para festejar el cumpleaños de su amigo.Su presencia en Dolores fue un pandemónium. Ante el despliegue de periodistas y técnicos de los móviles de TV, la curiosidad por ver en directo al ídolo acercó hasta la cuadra de Riobamba al 200 a una...

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