El caso Arribas: cortar de cuajo

Los escándalos de la SIDE han jalonado las últimas décadas y su sucesora, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), parece condenada a la misma suerte. Una suerte que, en el caso que nos ocupa, fue provocada por la pésima selección que hizo el Presidente de la Nación para los dos máximos cargos, en los que colocó a dos figuras -Gustavo Arribas como titular y Silvia Majdalani como segunda- que no reúnen los mínimos requisitos para dirigir la principal agencia de inteligencia del país. Al contrario. Sus antecedentes deberían haberlos descalificado de antemano, como sostuvimos en esta columna en agosto del año pasado cuando el Senado consintió en ratificarlos en sus cargos pese a las graves y fundadas impugnaciones. Los resultados están a la vista.

Arribas es un escribano dedicado a la compra y venta de jugadores de fútbol y hombre de máxima confianza de Mauricio Macri desde que trabajaron juntos en Boca hace más de diez años. En su momento, su nombre apareció vinculado con presuntas irregularidades en el pase del jugador Carlos Tevez de Boca al Corinthians de Brasil por 16 millones de dólares. Y el antecedente más destacado de Silvia Majdalani es su estrecha vinculación con Francisco Larcher, uno de los responsables de las peores prácticas cometidas desde el área de Inteligencia durante la gestión kirchnerista.

El miércoles pasado, LA NACION reveló que el cambista brasileño Leonardo Meirelles, condenado por la justicia de su país en el caso Lava Jato, emitió cinco transferencias por un total de 594.518 dólares con destino a la cuenta bancaria suiza de Arribas en 2013. Lo hizo desde una cuenta controlada por una empresa de fachada o fantasma. Los pagos se efectuaron entre el 25 y el 27 de septiembre de ese año y comenzaron un día después de que se reactivara el contrato para el soterramiento del tren Sarmiento, a cargo de la multinacional brasileña Odebrecht, protagonista del mayor escándalo de corrupción en Brasil con ramificaciones en varias naciones vecinas, como la Argentina.

Más adelante, Meirelles se acogió al régimen de delación premiada y presentó documentos de miles de transferencias que efectuó para el pago de coimas de la constructora Odebrecht y otras empresas brasileñas, como así también para particulares que buscaban evadir o lavar dinero. LA NACION obtuvo copias de esa documentación como parte de un proyecto de colaboración periodística que lidera el equipo peruano IDL Reporteros.

Arribas se mostró llamativamente esquivo al...

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