El caso Ángeles Rawson

El 10 de junio de 2013 Ángeles Rawson fue salvajemente cosificada y asesinada.

Su familia, desde esa noche cuando advirtió su ausencia, recurrió a las autoridades y comenzó una búsqueda desesperada para hallar a la niña, quien, dada su habitual conducta, daba cuenta siempre de sus movimientos.

La angustia, con el paso de las horas, iba aumentando y el peor final se hacía inminente. El cuerpo sin vida de Ángeles fue encontrado al día siguiente, por casualidad y curiosidad de un empleado de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse), en el circuito de la basura. Presentaba claros signos de haber padecido una feroz golpiza y de estrangulación. Su asesino no sólo había intentado abusar de ella sino que, luego de quitarle la vida, la desechó como una cosa. El espanto se apoderó de todos.

En un primer momento se pensó que podía haber sido víctima de la inseguridad en la vía pública. Las primeras informaciones suministradas a la prensa por los investigadores del caso iban en ese sentido. Sin embargo, las imágenes de una cámara de un edificio distante a unos 20 metros del suyo, encontradas el 12 de junio por los detectives de la Policía Federal, descartó aquella hipótesis y centró la atención en el círculo cercano de la adolescente.

En ese escenario se cometieron dos de las situaciones que agravaron el calvario de la familia de Ángeles: fotos del cuerpo de la niña fueron exhibidas de forma indigna y repugnante por el diario Muy, y se tejieron acusaciones infundadas contra su padrastro, sin dato objetivo ni prueba alguna, sólo por criterios lombrosianos dignos de tiempos inquisitivos que deberían estar desterrados. Fueron inadmisibles faltas de ética periodística, que merecen el más absoluto repudio y que representan un fuerte llamado de atención a la tarea de la prensa, pues no son hechos aislados, sino una constante que obedece al peor sensacionalismo y que provocan una dolorosa violación a la intimidad de las víctimas y sus familias. Como sostuvo el Foro de Periodismo Argentino (Fopea), la difusión de esas imágenes es "una muestra innecesaria de mal gusto que sólo sirve para alimentar el morbo en un caso de altísima repercusión pública".

La investigación logró identificar al sospechoso real del crimen: el encargado de su edificio, Jorge Néstor Mangeri, quien la conocía desde sus cinco años y era detenido la madrugada del 15 de junio. La prueba científica, genética y médica, como la testimonial reunida con celeridad...

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