Casación: dilaciones y manejos políticos en una cámara clave

, el expediente al fin se acercaba a la sentencia. Uno de los camaristas, Juan Carlos Gemignani, iba a afirmar que el cuestionado pacto entre la Casa Rosada y el régimen de Teherán violaba la Constitución Nacional. Su colega Ana María Figueroa sostendría lo contrario. Y el tercero y decisivo camarista, , sólo buscaba ganar tiempo, mientras negociaba con el Gobierno. En especial, con el secretario de Justicia, Julián Álvarez. Hasta que cometió un error. Para él, que salió eyectado de la Cámara de Casación, y para el expediente, que ahora quedó bajo el control de una Sala reformulada según el gusto del oficialismo.

Ésta es la historia secreta de cómo durante más de doce meses la Cámara de Casación manejó con parámetros políticos en vez de jurídicos uno de los expedientes más sensibles para el Gobierno de los últimos años. ¿Su objetivo? Postergar el fallo hasta después de las elecciones de octubre, según reconstruyó LA NACION sobre la base de los testimonios de seis actores principales o secundarios de esa causa -incluidos el propio Cabral y otros dos camaristas-, en la que funcionarios del Ejecutivo se involucraron de lleno.

Parte de la trama es pública; lo relevante, no. En diciembre de 2013, e contra el memorándum con Irán. Pero por razones formales, sin definir si era constitucional. Seis meses después, en mayo de 2014, la Cámara Federal porteña sí se metió de lleno y concluyó que no lo era, por lo que el Gobierno apeló y el expediente quedó en la Sala II de la Casación.

Tramitado con los plazos urgentes del amparo, la presidenta de esa Sala, Ángela Ledesma, evitó sin embargo convocar durante todo el resto de 2014 a la audiencia que impone el Código Procesal. Hasta que ya a principios de 2015 la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la Presidenta y otros altos funcionarios, y la muerte posterior del titular de la Unidad Fiscal AMIA, la descolocó.

llegó entonces a tal punto que Ledesma solicitó una licencia para "estudios" académicos por cuatro meses. Se la concedió con celeridad el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, el 23 de febrero, pero se hizo efectiva a partir del 10 de marzo.

Para llegar hasta ese día sin tomar cualquier decisión incómoda en el expediente, el 27 de febrero Ledesma firmó una resolución "para mejor proveer" con la que buscó, a través de la Cancillería, preguntarle a la ONU si se había registrado el pacto con Irán, algo que las partes no habían acordado en el propio memo.

Ledesma, sin embargo, no tomó sola esa decisión. Junto con ella firmó Cabral -de buena llegada a Lorenzetti desde hace años-, que de ese modo le permitió a la titular de la Sala II llegar a su licencia...

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