Mi casa, mi estilo

Oasis al oeste

La Galana es el lugar que elige la diseñadora Soledad Twombly para escapar del invierno de Europa, donde trabaja con su marido. Una casa en José Ignacio donde se respira arte.

Ricardo Labougle Orgullosa Soledad en el deck, rodeada de dos de sus diseños: polleras confeccionadas con antiguos textiles; a la derecha, el living, en la planta baja. La lámpara marroquí y la mesa central de mármol son de los años 20. Sobre la chimenea, tapiz de Isabelle Ducrot y dos obras de Alessandro Twombly, marido de Soledad

Hace más de treinta años empecé a ir a José Ignacio con mi familia. Para llegar teníamos que cruzar una laguna en balsa, pues no existía el puente. Era un pueblito de pescadores con muy pocas casas", dice Soledad Twombly, mujer cosmopolita, diseñadora de ropa y trotamundos. Desde los 20 años vive entre Nueva York y Roma. Allí produce y vende sus exquisitos diseños. Este año lanzó Tramando by Sole junto con el diseñador argentino Martín Churba. La primera colaboración es una cápsula de siete diseños versátiles en edición limitada totalmente realizados en seda con moldería femenina y magia textil Tramando. La colección está ya disponible. ¿Su lugar en el mundo? José Ignacio, este pueblito uruguayo hoy de moda donde reúne a su familia: sus hijos y su marido, el artista Alessandro Twombly. "Quería un lugar que me permitiera escapar del largo invierno europeo. José Ignacio es lo opuesto al Mediterráneo, el clima, las playas, la vida, todo es diferente", cuenta Soledad. "La Galana, una de las casas más viejas del pueblo, estaba en venta. Y no lo dudé." Sobre una tranquila callecita de tierra, la casa estaba muy deteriorada. "Cada arquitecto que consultaba quería tirarla abajo, pero yo quería dejarla casi intacta y conservar el espíritu del lugar. Finalmente di con Juan Ballester, que vive la mayor parte del año allí." Proporcionar algunos espacios interiores, darles algo más de altura a los techos y hacer un deck que se integrara con la casa, adonde estuviera la pileta y un lugar para la reunión y para el asado fue lo que se propusieron ambos. No cambiar la cocina fue otra de las premisas de la dueña de casa. "Me gusta recibir a mis amigos y preparar pastas; para mí era perfecta." Como los pisos estaban muy deteriorados se decidió hacer un cemento alisado artesanal en toda la casa. Homenajeando al Mediterráneo, se pintaron todas las aberturas de turquesa. Los muebles fueron comprados por Soledad y Janine Dellepiane, una amiga que se dedica a comprar y reciclar. Los remates de las viejas estancias del interior de Uruguay y la Feria de Tristán Narvaja de Montevideo fueron los principales proveedores. "Me gusta que mis casas sean una...

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