Cartas de los lectores

Paro de transporte

El paro de transporte de ayer a la mañana complicó la asistencia de muchos trabajadores a sus ocupaciones. En una entrevista realizada cuando comenzaba la medida de fuerza, un dirigente gremial que pretendía -sin argumentos claros- justificarla fue interrogado por un periodista sobre su opinión respecto del perjuicio que sufrirían las personas que podrían perder el adicional por presentismo. La respuesta fue (palabras más, palabras menos) que lo que perderían los que no cobraran el presentismo serían migajas... Es decir: un dirigente gremial que con otros lidera un paro para beneficiar a los que más ganan desprecia la pérdida económica que por su actitud pueden tener aquellos que viven de un salario magro. Si esto es gremialismo, por favor, que alguien me lo explique.

Carlos Alberto Blanco

DNI 4.313.685

Piquetes permitidos

En LA NACION del domingo, con el título "La policía porteña, contra los cortes", el jefe de gobierno de la ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, aseguró que a futuro "se actuará sobre los cortes que no tienen justificación", sentencia ésta que, por su ambigüedad, encierra la posibilidad de continuar con los cortes "permitidos".

Rodolfo Leandro Salomone

DNI 4.313.335

Los abogados

Un agudo observador y lúcido analista de la realidad argentina escribió recientemente una crítica a los abogados. Lo que sostiene puede resumirse en que los ingenieros y los médicos, entre otras profesiones, han dado muestras de eficacia en sus disciplinas, al inventar técnicas novedosas y útiles para la sociedad. En cambio, los abogados no han logrado una Justicia independiente, equitativa y capaz. El juicio es exagerado, pues ni la Justicia es obra sólo de los abogados, sino de toda la sociedad, ni el resultado es tan deletéreo como se describe, pero el argumento me hizo reflexionar sobre la responsabilidad que les cabe a quienes enseñan derecho. Deberían analizar, con amplitud, humildad y grandeza, el resultado que ha tenido su excelsa labor. Desde luego, toda generalización es injusta, pero la opinión pública no confía en la Justicia, que tiene mala prensa, igual que los abogados, que se destacan por sus escandalosas declaraciones periodísticas y no por su labor cotidiana y silenciosa. Los jueces tampoco resultan favorecidos, y en lugar de pasar inadvertidos, como debería suceder hasta el dictado de sus sentencias, son objeto de entrevistas públicas que escandalizan por lo impropias. Los órganos de control de los magistrados...