Cartas de los lectores

Garantismo

Vivo en Rosario, ciudad donde los delitos se han vuelto incontrolables. La gente salió a manifestarse y el gobernador de Santa Fe tuvo que pedir al gobierno nacional el envío de gendarmes. Pero será inútil que se aumente el número de policías o que se manden gendarmes a cualquier ciudad. El problema de fondo es otro: se trata del "garantismo". Una doctrina que el kirchnerismo impuso en nuestro país por medio de Eugenio Zaffaroni, ex ministro de la Corte y que privilegia los "derechos" de los delincuentes por sobre los de la población. En Santa Fe, esa doctrina fue acogida por los políticamente correctos gobernadores socialistas Binner y Bonfatti, legisladores y jueces afines, y entonces el delito creció más que en otras provincias.

Mientras en la Argentina persistan leyes y jueces garantistas los delitos seguirán aumentando. Por más que policías y gendarmes arriesguen inútilmente sus vidas todos los días, los criminales son liberados y vuelven a las calles, cada vez más numerosos y agresivos por la impunidad que les regala el garantismo. ¿Hasta cuándo?

Roque A. Sanguinetti

mailto:roquesang@yahoo.com.ar

Negativa del IOMA

En 2012 examinamos por primera vez en el servicio de neurología del Hospital de Clínicas a Oscar Benítez Alfaro, un niño simpático de ocho años quien comenzó con una molestia en el pie izquierdo, que rápidamente lo llevó a una postura anormal severa de su pierna y que le impedía caminar, sentarse y hacer una vida normal. Le diagnosticamos distonía con una base genética. Luego de intentar resolver su problema con medicación y aplicación de toxina botulínica, se le colocó un estimulador cerebral (DBS). Esta cirugía consiste en introducir un estimulador en el cerebro y un aparato en el tejido celular subcutáneo en el pecho. En este lugar están las pilas que requiere el aparato, las que se recambian en forma periódica. La respuesta fue espectacular y Oscar se repuso totalmente de su dolencia. La sorpresa fue cuando se tuvo que hacer el recambio de las pilas, ya que su obra social IOMA le negó la autorización durante varios meses. Esto se tradujo en un marcado empeoramiento de su estado neurológico, que volvió a ser de marcada discapacidad y cuando se cambiaron las pilas todavía no llegó a la mejoría que habíamos logrado.

Éste es un caso extremo de lo que a menudo hacen muchas obras sociales. Creo que tendría que haber un resarcimiento económico por daños y perjuicios y un castigo a los funcionarios, ignorantes o...

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