Cartas de lectores

Formar argentinosSe­ñor Di­rec­tor:"La Presidenta avala los talleres de La Cámpora en las escuelas, porque se esfuerzan por «formar argentinos». Eso se llama adoctrinamiento. Le quiero decir a la señora Presidenta que la «formación» de (buenos) argentinos la vamos a lograr cuando los representantes de la clase política comiencen a respetar los derechos de quienes no los votaron."Andrés Tejerina DNI 4.564.009Formar argentinos IISe­ñor Di­rec­tor:"Gracias al «sinceramiento» de la Presidenta cuando dice: «?durante mucho tiempo deformaron a los argentinos?» y «no sólo es formación capacitar a alguien con las manos; si no tenés nada en la cabeza, no tenés donde meter las manos o por ahí las metés en algún lado que no corresponde», a los argentinos se nos han aclarado las causas de nuestra aguda decadencia. Estamos gobernados por seres deformados que meten las manos en la lata, por no tener nada en la cabeza. «Por suerte», gracias al advenimiento de inspirados camporistas ha comenzado en los colegios la formación de nuevos argentinos, que dentro de treinta o cuarenta años salvarán al país."Emilio Zuccalá DNI 4.492.678Excluidos de la UBASe­ñor Di­rec­tor:"Como graduados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, repudiamos la decisión del Consejo Superior de la UBA que, por resolución unánime, excluyó del programa UBA XXII a condenados y procesados por delitos de lesa humanidad. «Una clara expresión política», ha dicho jactancioso el rector Rubén Hallú. Las convicciones democráticas se demuestran reconociendo los derechos del otro, en especial cuando ese otro nos causa aversión. Tal es la esencia profunda de los derechos humanos. Sin embargo, rondando la cobardía intelectual, los mismos que sin inmutarse dan o darían clases a parricidas, terroristas, narcotraficantes y tratantes de personas incurren en discriminación contra una parte específica de la población carcelaria; aquella cuyos delitos refieren un contexto histórico bien determinado y por motivaciones políticas."Pensar nunca es cómodo, ni debe serlo. En consecuencia, resulta decadente y preocupante que todos los consejeros, asesorados por el doctor Eugenio Zaffaroni -ministro de la Corte Suprema-, se muestren temerosos de unos pocos individuos que, privados de su libertad, puedan ser sostenedores de un «discurso negacionista» que habría de postular en el propio seno de la universidad la pretendida legitimidad de delitos masivos. Este pronunciamiento del...

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