Cartas de lectores

"Carreras para todos"Se­ñor Di­rec­tor:"Acabo de ver en el diario «Carreras para Todos» y la sonrisa de nuestro vicepresidente. ¿Nos están tomando el pelo? ¿Se burlan del pueblo? Me sentí cacheteada, abofeteada, humillada, si se puede hablar así."Amo a mi atria, tal vez sea lo más importante que heredé de mi padre, militar. Y estas cosas duelen, y mucho. Pero no perdamos la esperanza: en algún momento esto acabará y con el esfuerzo de todos algún día volveremos a ser el país que alguna vez fuimos."Marcia Möring DNI 10.621.653 mailto:marmoring@gmail.comGolpe a la RepúblicaSe­ñor Di­rec­tor:"Otro grave golpe a la República: la posible separación del doctor Leandro Despouy de la Auditoría General de la Nación."Los 432 informes producidos por la AGN sobre irregularidades en organismos públicos, jamás tratados por los legisladores, ahora se aseguran un sueño imperturbado para siempre."Gustavo Bossert DNI 6.026.423Estado ausenteSe­ñor Di­rec­tor:"El juicio por el secuestro, el sometimiento y la desaparición de Marita Verón muestra la ineficacia del Estado para combatir la prostitución coercitiva."¿Cómo pudo Susana Trimarco investigar, reunir pruebas e impulsar la causa judicial, y el Estado no? Muy sencillo: el Estado es cómplice en la trata. Miembros de las fuerzas de seguridad, del Poder Judicial y funcionarios políticos son parte del problema y no de la solución."Las más altas autoridades se comprometen con los derechos humanos, pero sólo del pasado. En tanto, no se defienden los derechos humanos del presente: la pobreza y la marginalidad, las víctimas de actos delictivos, la miseria de las jubilaciones. Por no hablar de la represión a manifestaciones de aborígenes, trabajadores o pueblos antimineros, o el espionaje a militantes sociales y políticos."Así, el Estado no resguarda los mínimos derechos de la población."Ricardo Fuentes DNI 17.030.430Velocidad en el hablaSe­ñor Di­rec­tor:"Hace rato que vengo observando un creciente mal hábito en personas, en general, y en jóvenes, en particular. Se trata de la velocidad en el habla. Los jóvenes, entre ellos, parece que se entienden. Los que no dejamos atraparnos por el ritmo de vida acelerado tenemos dificultad, a veces, para captar lo que dicen."El cerebro piensa a una velocidad mayor que la lengua y, entonces, surgen los desajustes trabucantes. Estuve escuchando a un conocido economista, veterano él, razonando de esa manera: ¿dejamos crecer lo que para mí son malos hábitos o llamamos la atención para ver si se...

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