Cartas de lectores

Votos argentinosSe­ñor Di­rec­tor:"En un país democrático, los candidatos presentan antes de las elecciones programas de gobierno o, como se acostumbraba a llamar en otros tiempos, la plataforma del partido político que representan. Sobre esa base los votantes deciden según su evaluación y eligen el siguiente gobierno."Por nuestra parte, se ha perdido esa buena costumbre. No tenemos idea de qué votamos porque está muy claro que en las últimas elecciones ningún candidato presentó tales propuestas y sólo se obró por sensibilidad o afinidad al oficialismo o a la oposición."Seguramente ningún votante pudo imaginar que, al día siguiente de ganar las elecciones, los mismos gobernantes que hace ocho años están en el poder iban a renegar de todo lo que los llevó a la reelección al disparar controles de cambio, encarecimiento de tarifas y servicios de una manera tal que ni quienes gobiernan ni los gobernados saben dónde va a terminar."¿Acaso eso fue lo que votaron los argentinos? Si es así, ¿quiénes se han equivocado más: los que votaron al oficialismo o los que optaron por la oposición?"Mónica S. Pellicer de VargasLC 5.150.031 mailto:monicapellicerdevargas@hotmail.comEl país en el espejoSe­ñor Di­rec­tor:"Quienes contribuyeron con su voto al triunfo de Cristina Fernández de Kirchner avalan, en cierta medida, el accionar del patoterismo político, aceptan el manejo sin control de los fondos públicos, no les parece relevante una justicia independiente, no ven con desagrado el uso de malas artes y mala fe como medio y fin para alcanzar los objetivos planteados y no les preocupa la flagrante alteración de los índices estadísticos."Al final de cuentas, ese triunfo no es más que la propia imagen que nos devuelve el espejo, donde como sociedad nos reflejamos todos los días. Una imagen tenue y triste de un país de «avivados», carentes de valores, en el que lenta, pero sistemáticamente nos hemos ido convirtiendo."Jorge ArosaDNI 12.653.679 mailto:jdagiorgio@hotmail.comSociedad injustaSe­ñor Di­rec­tor:"Hoy la sociedad opta por dejar de lado a las personas que no producen. Da por hecho que tales personas ya no sirven. Erróneamente preferimos ignorarlos, en vez de cultivarnos con sus experiencias y vivencias. Esto conduce a una violencia no física, pero sí espiritual, violencia que es triste e inmerecida."¿Somos acaso conscientes de cuánto les importa a ellos poder interactuar con los jóvenes? ¿Somos conscientes de lo mucho que quieren entender y encajar en lo que...

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