Una carrera récord que deja a la Casa Blanca 'en venta'

WASHINGTON (De nuestra corresponsal).- Su portón no tiene el cartel de "en venta", pero muchos norteamericanos empiezan a creer que la Casa Blanca sí lo está. Sobre todo, luego de saber que este año, la carrera electoral por llegar a ella costará no menos de 2500 millones de dólares, un nuevo récord en la historia electoral de este país."Una vez más, el dinero de campaña se ha vuelto la obsesión", dijo Candice Nelson, experta en financiación de campañas y profesora de Gobierno de la Universidad Americana en Washington. "Hay más dinero del que hemos visto nunca en este tipo de actividades", añadió."Estamos, sin dudas, ante la elección más cara de la historia", acotó Sheila Krumholz, del reconocido Centro de Política Responsable (CRP, por sus siglas en inglés), con sede en esta ciudad, dedicado especialmente a estudiar el impacto del dinero y de los grupos de lobby en el proceso electoral.Se estima que sólo la carrera presidencial, es decir, la lucha entre Barack Obama y el republicano Mitt Romney costará 2500 millones de dólaresPero en rigor, la proyección supera los 5800 millones si se añaden las elecciones para gobiernos regionales y el Congreso, y si se suman, sobre todo, las "campañas paralelas" de los llamados "grupos de acción política" (PAC, por sus siglas en inglés) afines a cada candidato. Ellos son, en realidad, los grandes, nuevos y controvertidos protagonistas de este proceso.Devenidos en grandes centros de recaudación, su única y principal restricción es que no pueden tener una coordinación directa con los comités de campaña de los candidatos individuales, aunque sí están autorizados a gastar en publicidad política negativa contra sus rivales. Y ésa es, precisamente, su principal actividad.Se los divide en dos grandes rubros -los PAC y los super-PAC-, y si bien ambos han irrumpido fuertemente en la campaña, estos últimos lo hacen con mayor impacto.Manejados por grandes corporaciones, se diferencian en que pueden manejar dinero para campañas sin límite, siempre con la misma salvedad de no trabajar expresamente para un candidato. La condición, sin embargo, se burla muy fácilmente."Es impresionante ver cómo estos grupos de afinidad política están gastando dinero en los candidatos sin que se tenga información clara sobre ello", añadió Krumholz, en diálogo con LA NACION. "Generaron un verdadero terremoto respecto de lo que conocíamos hasta ahora", dijo.Hoy hay super-PAC afines a Romney que disparan torpedos contra Obama todo el día y, en menor...

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