Carlos Pagni, con José Del Rio: el populismo de Milei, la 'economía regional' de Cristina y las elecciones de octubre

El periodista Carlos Pagni conversó con José Del Rio en el marco del ciclo exclusivo para suscriptores +CERCA

En el marco del ciclo LA NACION+CERCA, exclusivo para suscriptores de LA NACION, y que se renueva con una propuesta de entrevistas a destacados analistas, el periodista Carlos Pagni conversó con José Del Rio -Director de Contenidos de LA NACION- y respondió preguntas vinculadas a la actualidad política, económica y social de la Argentina.

-Estamos viviendo lamentablemente saqueos en algunos lugares. El gobierno de la provincia de Buenos Aires terminó admitiendo lo que para la portavoz había sido un tema de "algunos amigos de Milei" ¿Cuál es tu opinión al respecto?

-Creo que estamos, en este momento y ciclo histórico, frente a muchas novedades. Lo mejor que uno puede hacer, desde el punto de vista de quienes observamos la realidad y buscamos interpretarla, es tratar de no estar demasiado atados a las categorías, a los clichés que uno tiene en la cabeza, a los hábitos mentales que nos llevan siempre a buscar lo mismo porque el ojo tiende a ver lo que siempre vio. Esto lo vemos en el plano de la política en general y en otros aspectos de la vida pública. Y este que vemos es uno.

Primera idea y/o fenómeno. Tarda mucho el Estado en decirnos quiénes son. Hay una enorme incógnita. Si uno habla con la gente del Ministerio de Seguridad de la Nación o de la Provincia, no tienen mucha idea de si hay algo detrás . En Mendoza, aparece brumosa alguna mano política. Pero se siguen sucediendo los episodios delincuenciales y no está claro si hay algún acto que organiza. ¿Por qué uno se hace esta pregunta? Por la sincronicidad, por la coordinación. Esa coordinación puede ser producto de una mente pensante o de la imitación.

Segundo. A mí me llaman la atención las bandas de chicos armados que empezaron a aparecer, por ejemplo, en Merlo. ¿Hasta qué punto esas bandas de chicos armados no están armados todo el tiempo y operan al servicio de dealers? ¿Cuánto hay de la droga detrás de todo esto, del aparato delincuencial que se va organizando lentamente? No lo sabemos. ¿Por qué me hago esta pregunta? Porque cuando empezaron los problemas en Chile en 2018, primero se plantearon una hipótesis exclusivamente política. Después advirtieron y descubrieron que en Santiago había mucha más organización en el tráfico de drogas de lo que ellos podían imaginar.

Hay evidentemente, y esto te lo dicen las autoridades, un déficit en el reparto de comida en un momento en el que los precios se dispararon. Esto no justifica lo que está pasando. No vemos solo gente que pueda necesitar comida. Hubo gente que tomó tiendas de ropa, hay bandas armadas. Existe una actividad delincuencial pero sobre la base de un clima de tensión pero que tiene que ver con los social.

Está también el fin de un gobierno. Cuando los gobiernos terminan, hay una especie de relajación, no solo de los funcionarios si no también de las fuerzas de seguridad. Hay una especie de clima de "fin de fiesta", de "retirada". ¿Qué consecuencias tiene esto? No lo sabemos porque todavía no sabemos quiénes son los que están detrás de esto, si es que hay alguien. Pero creo que esto va a plantear o a interpelar un discurso que se está estableciendo en la Argentina, un discurso muy sensato y racional pero no sabemos si es viable, que dice: "Yo llego y termino con los problemas de bloque del Estado, de la circulación, del orden público sacando a los movimientos sociales del medio y haciéndome cargo del problema social". Voy a decir una barbaridad y por eso hago las siguientes aclaraciones. No digo ni creo que detrás de esto esté ningún movimiento social. No creo que los movimientos sociales sean un actor extraordinariamente constructivo en la Argentina, es una forma de tercerización de la acción social medio aberrante. Pero para los que dicen "sacamos a los movimientos sociales del medio", probablemente ahora los movimientos sociales le van a decir: "¿Me sacas del medio a mí y no te aparecerá esto? ¿Con quién vas a hablar para terminar con los saqueos?". El Gobierno debe estar deseando que aparezca un movimiento social organizado detrás de esto, alguien con quien hablar. Lo que demuestra esto que está pasando es que si hubiera que mantener el orden social con represión, que es un argumento que va desde Milei hasta Patricia Bullrich, la Policía no te alcanza. La gendarmería tampoco te alcanza. Tenes que tener otra forma de garantizar el orden público que no sea solamente la represión frente al hecho delincuencial. Hablamos en término de cantidad de efectivos y población, de uno de los aparatos de seguridad más numerosos de América Latina.

Estamos ante un problema de distintas dimensiones y creo que hay que mirarlo con ojos un poco virginales, percibir la novedad que puede haber detrás de esto. S in duda enrarece la campaña electoral y sin duda al Gobierno le hace mal esto. Primero porque se supone que el peronismo garantiza el orden público en la calle, entre los más pobres. Y segundo, si hay algo que el gobierno no quiere tener es una asociación con el hambre. Sería la corroboración de todo lo que se piensa del Gobierno y casi de lo que se piensa también desde dentro del oficialismo. Sería una especie de cierre contradictorio con aquel comienzo.

El periodista Carlos Pagni conversó con José Del Rio en el marco del ciclo exclusivo para suscriptores +CERCA

- El fenómeno Milei, ¿es definitivo o un paso de las PASO?

- Yo creo que lo que tiende a verse como un fenómeno con consistencia, con densidad, con cierta persistencia es una corriente de desapego, de frustración, de desencanto con la gente de la política. Esto no es un fenómeno argentino. Es un fenómeno que atraviesa todo Occidente con su propio anecdotario, intensidad y signo ideológico. E n la Argentina eso se llama Milei, y antes que Milei abstención electoral. Si nosotros miramos la evolución del voto del 2019 hasta ahora, los partidos tradicionales, que eran Juntos por el Cambio, el Frente de Todos y los espacios restantes que había en el menú, se contrajeron un 50%. En el 2019, ocupaban todo el espacio. Hoy ocupan la mitad, han perdido la mitad de los votos. Del otro lado está Milei y la abstención. De 35 millones de personas habilitadas para votar, 11 millones no fueron a votar. ¿Por qué? No lo sabemos. Algunos no habrán ido por razones forzosas, otros ni se enteraron que había elecciones, otros nos van a votar porque están muy enterados y usan el voto como derecho a protestar.

Dentro de este panorama de desencanto aparece Milei. Los que han estudiado con detenimiento la figura de Milei, ven como una especie de círculos concéntricos en Milei. Hay un núcleo que es un núcleo ideológico, el más antiguo. Son los que miran en Milei a alguien que critica al gasto público, al Estado y a la política. Son un movimiento anti político muy ligado a ideas económicas. Esto es algo que, la historia no se repite pero rima...

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