La carcajada del final fue de Racing

MAR DEL PLATA.? El festejo vale en cualquiera de sus formas. De manera directa, como sucedió, o, en su defecto, si llegaba a través de los penales. Más en un clásico. Se sabe: una derrota podría volverse desestabilizadora por más que el catálogo la clasificaría como "de verano". Pero la celebración en las narices del rival de siempre tiene un efecto tan refrescante que casi nada más cuenta. Racing se quedará con eso. Ni más ni menos.Casi nadie se acordará del juego ni del contexto. La memoria, en este caso, quedará reservada en un número gigante: 1-0, mínima y justa diferencia. Acaso recordará algunos roces, las expulsiones de Milito, Hauche y Godoy y las provocaciones de Teo Gutiérrez en las que los rivales caen una y otra vez.Lo único que aportó cierta emoción fue la incertidumbre de que sí o sí habría un vencedor y un vencido. Por enésima vez, también, fue la razón de tantos recaudos y el vuelo bajo que tuvo el clásico de Avellaneda. No pareció una sorpresa que Racing se volvió luminoso cuando tuvo la pelota Gio Moreno. Alcanzó con un pase, una gambeta o un tiro que zumbó cerca de algún palo. Ni qué decir de ese toque medido a Hauche, en el segundo tiempo, que el delantero definió sin inconvenientes. El empuje, el desgaste y los roces se repartieron el resto. Sí llamó la atención tanta dependencia del N° 10 colombiano.En Independiente, Ramón Díaz aún no definió qué arquero será el titular. Y, además, cada uno que juega tiene intervenciones decisivas. Le pasó a Hilario Navarro contra Boca y, anoche, Gabbarini se movió sin fisuras en los centros y le tapó un tiro fuerte y esquinado a Teo Gutiérrez. Racing atacó con mayor ambición, pero Independiente se despabiló cerca del final del primer tiempo. Es más, tuvo la situación más clara cuando Defederico, en una de las pocas jugadas en la que hizo la diferencia, encontró a Parra en un pase entre líneas, pero el atacante se demoró en el mano a mano y fue trabado por Cáceres. Allí estuvo el problema: los habilidosos, Defederico y Pato Rodríguez, se perdieron otra vez en las intermitencias. Los demás hicieron lo que pudieron. Poco y nada.El fútbol se despidió de Mar del Plata con un clásico que subió las sensaciones como un juego mecánico de un...

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