El capitán Balbi, un vocero avezado que prioriza su vínculo con la Armada

Convertido en el rostro y la voz de la Armada en su momento más crítico, el vocero Enrique Balbi pasó a ser el más conocido de los 400 capitanes de navío que integran hoy la fuerza.

Ascéptico y fiel a la transcripción de diagnósticos navales precisos, como "la anomalía hidroacústica" que más tarde mutó en "evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear, consistente con una explosión", mantiene un estricto apego a la información oficial y chequeada, que matiza con rasgos de informalidad, como esforzarse por llamar siempre al interlocutor de turno -el ocasional periodista- por su nombre y apellido.

Quienes lo escuchan y frecuentan sus partes de prensa sospechan que no dice todo lo que sabe y calla más de lo que dice. Pero sus camaradas le reconocen su claridad y manejo informativo. Del otro lado del mostrador -los medios- es visto como un hábil comunicador, que esconde en los pliegos de la formalidad lo que la Armada -sus superiores- no quieren que se sepa.

Así, en estos días aún faltan respuestas a algunos interrogantes, como la falta de una explicación del incendio denunciado por el comandante del en su última comunicación. Cuando desmiente versiones no confirmadas, como un comunicado falso que alertaba ayer sobre la aparición del submarino, sabe que hay que buscar su origen en fuentes interesadas, vinculadas tal vez a la propia Marina.

Con 52 años y más de 30 en la actividad naval, Balbi es un experimentado submarinista y nada en aguas...

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