El capital erótico

NUEVA YORK.- Semana extraña. Por un lado, por el 11 de Septiembre, parecería que la mitad de la gente en la calle son policías, de uniforme o de civil. Por el otro, los carteles y propagandas de la Fashion Week, que se realiza en la ciudad, hacen que la otra mitad tenga la apariencia omnipresente de una supermodelo. Las piernas interminables y caras sutilmente aburridas están en todos los restaurantes y discos de moda, en el subte y -ni que hablar- en los taxis paralizados en el tráfico a causa de los controles de seguridad.De acuerdo con lo que aquí se considera políticamente correcto, habría que detestar a estas mujeres. Varios libros de publicación reciente sostienen que como los bellos ganan más dinero y consiguen mejores parejas, se debería proteger a los muy poco agraciados como si fueran una minoría étnica.Pero hay un libro que parte de la misma premisa, pero llega a la conclusión contraria: dice que los que no son atractivos o tienen cuerpos perfectos deberían dedicarse al gimnasio, la peluquería y el guardarropas en vez de hacer juicios por discriminación. Para las mujeres, en particular, ésta sería la forma de conseguir un mayor poder. Y como...