La caótica situación de Aerolíneas

Al igual que con la corrida cambiaria y con las desesperadas medidas para disminuir los elevados subsidios que vienen poniendo en vilo las cuentas fiscales, la desastrosa situación de Aerolíneas Argentinas no es una cuestión por la cual el gobierno nacional pueda echarles ya la culpa a otras administraciones gubernamentales. Se trata de problemas que el propio gobierno kirchnerista generó y de los que ahora debe hacerse cargo.Desde hace varios días, los pasajeros de la principal línea aérea argentina son rehenes de una de las tantas pugnas por espacios de poder que comienzan a manifestarse dentro del oficialismo. En este caso particular, son presas de un conflicto que tiene como protagonistas a sindicalistas facciosos que pretenden manejar la empresa, por un lado, y a funcionarios inexpertos e incompetentes, por otro.La conducción de Aerolíneas, encabezada por Mariano Recalde, y el propio Poder Ejecutivo Nacional responsabilizan por el conflicto gremial que ha provocado numerosos inconvenientes a los usuarios a la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), que lidera Ricardo Cirielli, curiosamente ex subsecretario de Política Aerocomercial del propio gobierno kirchnerista. Este responsabiliza a quienes conducen la empresa aérea por sus desmanejos administrativos y por la presunta falta de seguridad de sus aviones, habiendo llegado a pronosticar un "Cromagnon aeronáutico".En cierta forma, las dos partes tienen razón. Pero deberían asumir también que ambos son corresponsables por la desastrosa situación de la empresa aérea.Gobierno y gremios se unieron más de tres años atrás para expulsar de la empresa aérea al grupo privado Marsans y forzar su reestatización. En ese período, la situación de Aerolíneas continuó agravándose. La línea aérea de bandera tiene ahora unos 11.000 empleados -1500 más que durante la gestión privada- y pierde casi dos millones de dólares por día, aunque su actual presidente asegura increíblemente que es "rentable".Las autoridades de la compañía justifican el déficit a partir de distintas falacias. La más escuchada es que Aerolíneas pierde dinero porque ayuda a conectar a todo el país, volando a destinos que no son rentables y que ninguna otra empresa aérea tomaría.Sin embargo, las rutas de cabotaje no rentables que vuelan Aerolíneas y Austral Líneas Aéreas apenas fueron responsables del cinco por ciento de las pérdidas del grupo durante el año pasado.Por el contrario, más del 60 por ciento...

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