El caos como método

El ritual legislativo está en presencia de un nuevo procedimiento. Es el que se activa cuando no se consiguieron los votos para rechazar una ley. Ni los diputados necesarios para impedir el quorum. En esa instancia, se apela a un recurso parainstitucional. En el prospecto se lee: convocar manifestantes a la Plaza del Congreso y forzar la intervención de la policía con algún disturbio.Luego, trasladar el alboroto al recinto de Diputados para, con la alarma por posibilidad de que haya un muerto, interrumpir la sesión. El kirchnerismo ayer practicó ese método por segunda vez. Fue una mueca de la coreografía que desplegó diez meses atrás, cuando se discutía la fórmula de actualización jubilatoria.Además del ceremonial, se reiteraron los actores. Leopoldo Moreau ocupó de nuevo el centro de la escena. Desde el lunes, su cuenta de Twitter emitió el mensaje "Todos juntos. En el Parlamento y en la calle para frenar el ajuste". Ayer volvió a encarnar el papel del provocador profesional, capaz de desencajar a algún líder oficialista. En diciembre lo hizo frente a Emilio Monzó, el presidente de la Cámara. Esta vez, frente a Nicolás Massot, el jefe de la bancada del Pro. Un milagro lo de Cristina Kirchner con Moreau. Consiguió desatar en la ancianidad pasiones que Raúl Alfonsín no supo inspirar en la juventud. Fue magia. Esa metamorfosis es la única novedad en el paisaje. Lo demás es, como querían los griegos, el eterno retorno de lo mismo. Como si la política se moviera en un tiempo que no es crecimiento ni progreso. Sólo repetición. Manía.El ceremonial inaugurado en diciembre exhibió ayer una versión más reducida. En la plaza aparecieron unos 300, llamémosle así, militantes, coordinados desde temprano a través de handies. Algunos pequeños grupos intentaron mezclarse con la concurrencia de organizaciones sociales. En varios casos los dirigentes de esas organizaciones alertaron a las autoridades sobre la aparición de caras extrañas. Esa "comisión de labor parlamentaria" reclutada en el bajo fondo, contó con la colaboración de varios diputados kirchneristas que frenaron con vallas a los hidrantes de la policía. Veintiseis revoltosos quedaron detenidos. Se les incautaron bombas molotov y algunas facas. El Same no reportó ningún herido. Mientras una parte de la bancada que sigue a la señora de Kirchner se unía a los disturbios, otra parte exigía en el palacio que se interrumpiera la sesión.En esa batahola de salón, tan poco espontánea como la que se...

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