Cantar y tocar con el alma, la más pura verdad de Chris Cornell

Chris Cornell / Presentación de: Higher Truth / Músicos: Chris Cornell (voz, guitarra, armónica) y Bryan Gibson (teclado, violonchelo) / Apertura: Loli Molina / Sala: Teatro Colón / Función: el miércoles / Nuestra opinión: excelente

Los planetas se alinearon el miércoles por la noche, pero el primero en alinearse fue Chris Cornell. La voz cascada de Soundgarden (más Audioslave, más Temple of the Dog) trazó un plan desde el preciso instante que dio forma a su último disco solista, Higher Truth, y se dedicó a desarrollarlo en el Teatro Colón. Pero lejos de ceñirse a su estrategia, dejó resquicios para improvisar, sorprender, conversar con el público y mostrarse maravillado y agradecido. Una, dos, diez veces alzó la vista hacia la cúpula y hacia el "gallinero", y la bajó con cuidado.

El tipo de concierto que brindó el hombre de melena de rulos, mirada penetrante y sonrisa Kolynos es inevitablemente conmemorativo. Funciona como un repaso de una ya extensa trayectoria rockera, pero tratando de prescindir de los mohínes, las actitudes, los lugares comunes, las convenciones y hasta de los instrumentos del rock. El único bastión que no cayó anteanoche fue el de la amplificación. Guitarras acústicas, un par de micrófonos y un segundo y maravilloso músico, el multiinstrumentista Bryan Gibson -que acompañó principalmente con su violonchelo y un teclado-, fueron las cartas que el cantante desplegó en escena.

Antes del hombre que surfeó las indomables olas del grunge hubo una apertura exquisita: Loli Molina. La cantante logró acaparar la atención de un público que se mostraba maravillado por la imponencia de la sala: a algunos no le alcanzaban los ojos para verlo todo; otros intentaban atesorarlo en su smartphone. Sin embargo, esas canciones en apariencia frágiles y esa voz tan dulce como profunda lograron colarse en buena parte de la gente.

No sólo el público quiso guardarlo todo en su teléfono. Cornell salió a escena con un andar firme y celu en mano. Todos saltaron inmediatamente de sus butacas para recibir...