La candidatura de Obama gana impulso con estrellas demócratas

CHARLOTTE, Carolina del Norte.? Apenas había aterrizado aquí el Air Force One, el avión que trajo al presidente Barack Obama para su esperado pedido de reelección, y empezaron las confusiones."¡Ahí va George Clooney!", gritó, equivocado, alguien en el centro. La corrida de curiosos detrás del falso famoso fue sólo una de tantas. Es posible que Obama haga aquí historia, pero en el raro cóctel de política y espectáculo en que transcurren las convenciones partidarias atraen tanto el momento crucial como el mundillo de Hollywood.La Casa Blanca alienta la mezcla. Por caso, el presidente aceptará hoy la nominación demócrata para las elecciones de noviembre y hará su dramático llamado a "no dar marcha atrás en el rumbo de la historia" precedido por figuras del espectáculo, que poco tienen que ver con la elaboración de su política.Scarlett Johansson, Natalie Portman y Eva Longoria serán parte de la noche. "Estoy muy nerviosa por lo que tengo que decir", dijo esta última, oradora oficial.Hace una semana, los republicanos vivieron algo de eso en su propia convención. Un dudoso monólogo de Clint Eastwood opacó todo debate. El actor y director hizo una parodia de diálogo con Obama, representado en una silla vacía."Este asiento está ocupado", fue la rápida respuesta presidencial, pero la duda, anoche, era si hoy habría algún "número sorpresa" en respuesta. La apuesta entre delegados era una parodia de diálogo con un "supersillón"."Se lo merecerían, pero una cosa así es demasiado obvia", dijo a LA NACION Chandra Kall, de Nevada.El programa ya se alteró. Estaba previsto que Obama hablara hoy en un estadio de 74.000 asientos, todo un desafío para quien llega a la instancia de aceptar la candidatura a la reelección con el índice de popularidad más bajo de la historia: 47%, según reportó, hace dos días, una encuesta de la cadena ABC.Pero un repentino cambio de planes lo puso a resguardo de la temida imagen de un líder ante un estadio no del todo cubierto. El acto se acaba de mudar a un auditorio tres veces más chico y bajo techo. ¿La razón? "La seguridad necesaria ante el riesgo de fuertes tormentas", explicaron desde la campaña.No todos lo creyeron. "Lo que pasa es que no llenan el estadio. Tienen miedo a la silla vacía", replicó el referente conservador Rush Limbaugh. La Casa Blanca no quiso entrar en la disputa: "Sabíamos que los...

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