Canales de una sola noticia

Si al venerable politólogo italiano Giovanni Sartori se le hubiera ocurrido visitar la Argentina durante los últimos siete días, con toda seguridad estaría regresando a Italia con material suficiente como para escribir un segundo tomo de su clásico ensayo sobre el poder, la política, la sociedad y la televisión.

Publicado hace casi dos décadas (la primera edición en castellano se conoció en 1998), Homo Videns: la sociedad teledirigida, es ante todo un alegato feroz y bastante pesimista sobre el papel de la televisión como herramienta para la comprensión de la realidad, sobre todo en su carácter de primer intermediario entre los hechos y el público. La primera y tal vez única manera de hacer operativa la clásica frase de Bill Kovach ("el periodismo es la primera versión de la historia") es recurrir a la televisión. Para el medio de comunicación que lleva a la máxima instancia su condición de "masivo" (el 97 por ciento de los hogares argentinos tiene al menos un aparato de TV), la modélica placa de "en vivo y en directo", con sus leves variantes, diseña el primer diagnóstico sobre lo que pasa. Y el vector más rápido para observarlo pasa por los canales de noticias, que son legión en la Argentina.

El problema aparece, como sugiere Sartori a partir de un enfoque citado más de una vez desde esta columna, cuando la TV queda atrapada en una descripción del mundo que se reduce al aspecto visual. Esa lógica de hierro aprisiona al medio y lo fuerza a dar explicaciones de un solo tipo de cuestiones. El mundo se reduce así a aquellos temas que tienen potencial visual. Lo demás no existe.

El martes último funcionó en los canales de noticias una suerte de laboratorio ideal para poner a prueba una vez más las tesis de Sartori. En un momento, una virtual cadena redujo allí la realidad a la mínima expresión, como si los canales de noticias alteraran su propia identidad para convertirse en canales de una sola noticia: el caso del hombre que destrozó a hachazos un automóvil que había quedado estacionado muchísimas horas en la rampa correspondiente al garaje de su casa y le impedía sacar su propio vehículo.

Por largas horas ese hecho se transformó en el único tema de interés periodístico para las señales de noticias líderes en las mediciones de audiencia. A la vez, asuntos menos "visuales" y más exigentes y rigurosos en términos de análisis e interpretación (las elecciones de medio término en Estados Unidos, digamos) pasaban completamente inadvertidas.

La...

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