Cámpora, el traidor

Entre 1972 y 1973 circulaba un chiste político que decía que cuando Juan Domingo Perón preguntaba a Héctor Cámpora: "¿Qué hora es?", él le respondía: "La que usted quiera, mi general".

Bromas como esa, junto con una sobreactuación de Cámpora en la lealtad a su jefe, contribuyeron a forjar sobre él una indiscutida fama de obsecuente; una imagen que al delegado de Perón, lejos de mortificarlo, lo benefició en sus planes.

Cámpora había sido presidente de la Cámara de Diputados durante el primer gobierno peronista, un cargo del que fue desplazado después de la muerte de Eva Duarte, a pesar de sus intentos para lograr que Perón mediara a fin de que sus pares lo reeligieran. Su estrella comenzó a brillar nuevamente 20 años después, cuando una supuesta proscripción a Perón por el gobierno de facto del general Alejandro Agustín Lanusse lo llevó a la presidencia de la República en representación de su jefe, quien según la historia oficial habría hecho una jugada de ajedrez al colocarlo en su lugar ante la imposibilidad de presentarse él mismo.

Todo fue una gran mentira que únicamente pudo sostenerse durante tantos años porque hasta 2014 permanecieron clasificados y en el más riguroso secreto ciertos documentos que demostrarían lo contrario.

La historia necesita verse en perspectiva y es muy común que no interpretemos los hechos inmediatos, porque se mezclan con el vértigo del día a día y con las pasiones del momento.

La candidatura de Cámpora no fue una idea de Perón, sino de Licio Gelli, el jefe de la logia italiana Propaganda Due que negoció con Lanusse el regreso del líder justicialista y sus condiciones, tanto directamente como a través del brazo derecho de Lanusse para ese proceso de democratización: el general Luis Alberto Betti, también miembro de esa logia.

Quien esto escribe encontró el documento entre cientos de miles de páginas de los archivos de la Comisión de Investigación del Parlamento de Italia sobre Propaganda Due. Allí constaba que Licio Gelli había confesado ante el maestre del Gran Oriente de Italia, Lino Salvini, que fue él mismo quien impuso a Cámpora como candidato y presionó a Lanusse para que aceptara esa candidatura si quería terminar su presidencia en paz.

Cuando uno ve esto, todas las piezas comienzan a acomodarse solas, una por una. Y la primera que se acomoda es la de la famosa "cláusula proscriptiva". Se trataba de una disposición del gobierno militar de Lanusse que exigía que todo aquel que quisiera ser candidato en...

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