Un cambio necesario frente a la mutación del negocio de las drogas

El narcotráfico cambió en los últimos años en la Argentina. Se arraigó en los barrios, abrió el mercado interno, se hizo fuerte apoyado en sicarios, se volvió muerte por violencia más que por consumo.Las redes transnacionales siguen ahí, igual que antes. Los carteles de la droga sostienen la ruta argentina de cocaína al mundo. Mexicanos, colombianos, españoles, rusos, chinos... puede ponerse cualquier nacionalidad y encontrar alguna red con operaciones de ingreso, transporte y exportación con base en la Argentina. En eso no hay modificaciones desde hace años. Pero la organización que quebró la situación local no es el cartel, sino el clan, la familia narco.Ese sistema de estructura local se copió más de Bolivia que de Colombia y México. Núcleos sanguíneos con círculos de amistades barriales conforman las bandas locales. Por eso no se expanden fuera de su área de influencia, que en el mayor de los casos abarca parte importante de una ciudad, sin trascender sus límites. Conviven con las redes transnacionales, pero tienen sus propias reglas. El riesgo del nuevo escenario es el paso de los clanes barriales al cartel consolidado en todo el territorio argentino.La Iglesia y la Corte Suprema de Justicia, a partir del pedido de los jueces del Norte, alertaron en octubre pasado sobre la mutación del problema narco. Esas instituciones intuyeron que pasa algo diferente. Los especialistas en combate...

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